La reforma educativa de Bachillerato emprendida tanto por el Ministerio de Educación como por la Consejería de María Isabel Campuzano sigue sin convencer a los distintos sectores de la comunidad educativa. Si los directores de instituto ya mostraron sus quejas por el reparto de horas y la configuración de las modalidades de cara al próximo curso, ahora se suman los propios alumnos. Los nuevos currículos de contenidos elaborados por el Ministerio (en un 60%) y por las comunidades autónomas (40%) entran en vigor para los cursos impares a partir de septiembre, en este caso 1º de Bachiller.
Mañana miércoles los estudiantes del instituto Ramón y Cajal de Murcia, junto a compañeros de otros centros como Floridablanca, Miguel de Cervantes o Licenciado Francisco Cascales protestarán frente a las puertas de la Consejería de Educación por el currículo de Bachillerato. Quienes promueven esta movilización son ahora estudiantes del último curso de la ESO y que a partir de septiembre se adentrarán en la última etapa escolar.
Estos estudiantes han dedicado las últimas semanas a comprender cómo funcionarán las futuras modalidades de Bachillerato, ya que deben escoger qué rama de conocimiento quieren emprender y qué materias elegir. El real decreto del Ministerio agrupa en una modalidad ramas como Ciencias y Tecnología, o Humanidades y Ciencias Sociales, algo que no convence de base a los estudiantes, que buscan una formación más especializada desde el principio.
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Lo más sangrante para ellos, señalan, es el aumento a 31 horas lectivas semanales por la asignatura de Religión, que se oferta como una optativa y que tendrá como materia espejo una hora sin contenidos. En el caso de los institutos que tengan la modalidad de Bachillerato de Investigación, «las horas a la semana llegarán a 33», apuntan.
«Cuando nos dieron la matrícula vimos todo lo que había cambiado con respecto a otros años en Bachillerato. No hemos podido protestar a tiempo», remarca Candela, estudiante del IES Ramón y Cajal. Entre otros aspectos, no ven con buenos ojos que Historia del Mundo Contemporáneo pase a ser optativa en vez de una materia obligatoria dentro del abanico de la modalidad de Ciencias Sociales y Humanidades, o que para escoger francés deban hacerlo cuatro horas semanales dentro de las optativas pero sin posibilidad de escoger otra en vez apuntarse a dos materias de dos horas cada una.
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«Muchos estudiantes que pasan a primero creen que se pierden oportunidades con esta reforma», remarca la alumna, «queremos quejarnos y queremos que nos escuchen». La protesta, por lo pronto, se está difundiendo a través de WhatsApp y de redes sociales, por lo que no descartan que lleguen compañeros de otros municipios.