La pasada semana tuvo lugar la reunión sectorial de alimentación animal y piensos de Fecoam. Tras el comienzo de la agresión de Rusia a Ucrania, los productores del sector han visto amenazado el abastecimiento de materias primas, planteando posibles soluciones como la importación del continente americano o, incluso, una modificación legal que permita la comercialización de transgénicos.

Según informaba hace unos días la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales, CESFAC, «desde las administraciones nacional y comunitaria, España va a autorizar de manera inmediata la toma de las medidas que permitirán en breve plazo reabastecer las necesidades de alimentación del ganado».

Desde Cooperativas Agroalimentarias de España, organización en la que se integra Fecoam, destacan que «los datos sobre la dependencia europea de materias primas procedentes de Rusia y Ucrania son aplastantes. De las importaciones europeas el 57% del maíz, el 45% del trigo, el 50% del girasol, el 42% de la colza y el 81% de la torta de girasol proceden de estos dos países. Por tanto, es fácil prever una crisis de suministro inminente sino se toman medidas que faciliten una sustitución de los proveedores en un corto plazo. Esta circunstancia debe unirse a que, como consecuencia de la sequía, las necesidades de materias primas para alimentación animal aumentarán muy probablemente en el corto plazo».

Sin embargo, continúan, «no pasa desapercibido que las limitaciones a la importación europea de determinadas variedades biotecnológicas que se producen en América, principalmente en Estados Unidos y Argentina, imposibilitan esta vía de sustitución de orígenes. Teniendo en cuenta que no existen otros países cuya producción permita suplir el déficit creado, no parece que exista la posibilidad de seguir manteniendo estas limitaciones comerciales en el corto plazo y tendrá que habilitarse la importación de estas materias primas biotecnológicas».

Desde la organización remarcan, sin embargo que dicha autorización «debe llegar en un plazo muy breve, ya que la disponibilidad de materia prima en el entorno europeo es muy limitada y no podrá cubrir las necesidades actuales durante un periodo que vaya más allá de un par de meses, y considerando que para crear la logística necesaria e importar el producto requiere un tiempo no despreciable. De no ser así, y de no hacerlo de forma inmediata, se pondrá en riesgo el suministro de materia prima, y se tendrá que asumir el coste en salud y bienestar animal que ello supone, sin entrar a valorar las pérdidas económicas y el problema social que se originaría entre las ganaderas y ganaderos».

Medidas adoptadas

A este respecto, el ministro de Agricultura, Luis Planas, anunciaba el pasado lunes que «el Gobierno aprobará un paquete de medidas de apoyo al sector agrario para hacer frente a la sequía», según explicaba.

Dichas medidas, que implicarían a varios ministerios serían de ámbito fiscal, social y de liquidez. Además, Planas aseguró que en España «tenemos un gran nivel de autonomía alimentaria, por lo que el suministro de alimentos está absolutamente garantizado» y valoró la posibilidad de flexibilizar las condiciones de rotaciones de cultivos, el incremento de los anticipos de las ayudas de la PAC o aplicar fondos de desarrollo rural no utilizados, con ayudas singulares como se hizo durante el periodo de la COVID-19.

Además, desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación fue publicada una Resolución por la que «se flexibilizan temporalmente los requisitos específicos para la importación de maíz de Argentina y Brasil, lo que facilitará la entrada en España de materias primas destinadas a la alimentación animal que suplan la paralización de las importaciones de Ucrania por la situación de guerra en la que se encuentra este país tras la invasión rusa», según explica el texto emitido.

Junto a estas medidas urgentes, las cooperativas españolas señalan la necesidad de actuar en otra línea, centrada en el desarrollo de la política agraria europea.

«Se pone en valor, la necesidad de que Europa desarrolle un modelo agro-alimentario soberano. En el corto y medio plazo, y en lo referente a la crisis de suministro de materias primas, parece esencial que se promueva un mayor aprovechamiento de las tierras cultivables», remarcan desde Cooperativas Agroalimentarias. Para ello, proponen actuaciones como la consideración de superficie de interés ecológico el barbecho, «aun cuando haya sido objeto de pastoreo o hayan sido cosechadas con fines de producción», apuntan.

Asimismo, la eliminación transitoria de la nueva PAC la obligación de que las explotaciones dejen al menos el 4% de su superficie agrícola dedicada a elementos no productivos, incluidas las tierras en barbecho y no promover incrementar esta cifra al 7% con ayudas a través de ecoesquemas, así como favorecer y evitar las limitaciones en la reconversión de los pastos permanentes no medioambientalmente sensibles a cultivos arables.

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