«¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI estemos lanzando bombas?», se preguntaba ayer Tania, ucraniana residente en Murcia desde 2004 y que regenta una tienda de alimentación en el Barrio del Carmen. «No sabemos qué va a pasar, pero sí sabemos que dentro de una semana puede que ya haya escasez de alimentos, por lo que Ucrania necesita urgentemente ayuda humanitaria».
Este conflicto era esperado para Tania, dada las pretensiones rusas sobre el territorio en el que nació. Sin embargo, las tensiones de los últimos días se iban a quedar ahí, o al menos eso esperaba ella: «La gente ahora tiene miedo, estamos desesperados. Vivir esto en el año 2022 y en plena Europa es muy duro».
Su hermano, junto con sus tres hijos y su mujer, permanecen en la ciudad donde residen al oeste de Ucrania, junto a la frontera polaca, por lo que respira un poco más aliviada al entender que hasta esa zona es complicada que lleguen tropas rusas. La ciudad en la que residen no es una localidad estratégica: no hay bases militares, ni industrias, «solo se ha cortado la estación de autobuses y de trenes».
«La última vez que estuve en Ucrania fue en 2015, y después mi hermano venía dos o tres veces al año para veranear en Murcia, algo que dejó de hacer por la covid y ahora no sé cuándo le veré», relata angustiada. «Las armas es lo último que se tiene que utilizar, nadie quiere una guerra», sentencia.
Tania quiere movilizar a sus compatriotas, por lo que anuncia más movilizaciones para rechazar el conflicto armado y la guerra que Rusia ha llevado hasta las puertas de la que fue su casa.
"Mis familiares están preparando un búnker con sillas, platos y abrigos por si se tienen que esconder
Nataliya Perozhyk vino con ocho años a España desde Ucrania junto a gran parte de su familia. Esta vecina de Murcia explica que los únicos parientes directos que residen en su país de origen son sus abuelos y tíos paternos, quienes ayer «lo que más notaron fue la caída de un misil en el aeropuerto de Ivano-Frankivsk».
La joven, nacida en el 1994, explica que, aunque sus familiares no se encuentran por ahora en una de las zonas directamente afectadas, ahora mismo «no pueden salir a la calle por no tener el pasaporte militar». Mientras tanto, preparan un ‘búnker’ en uno de los sótanos de la casa de su abuela: «Han bajado sillas, platos, abrigos y están montando la despensa ahí por si en algún momento se tienen que esconder».
Vladimir Putin no es solo una amenaza para Ucrania, sino para la paz mundial"
Por su parte, Marko Liakhovich, portavoz de la Asociación de Ucranianos de la Región de Murcia, explicaba ayer a LA OPINIÓN tras la concentración en Murcia que los compatriotas que residen en la Comunidad han mostrado su «rechazo absoluto» hacia «la política agresiva militar del vecino invasor». Son términos que «ya no deberían utilizarse en el siglo XXI», pero tiene claro que «a las cosas hay que llamarlas por su nombre».
«Tenemos que reclamar el apoyo de la comunidad internacional con más ayudas económicas y militares. Entendemos que no nos manden soldados, pero sí que pedimos que nos presten material militar. Gracias a estas armas hemos conseguido retener al enemigo», señala el portavoz ucraniano.
Tras la decisión de Rusia de invadir y atacar Ucrania «se ha pasado de una guerra local a una guerra más abierta en la que hay que defenderse», insiste. Por último, advierte de que el presidente ruso, Vladimir Putin, «ya no es solo una amenaza para Ucrania, sino para la paz mundial».
Datos sobre posibles universitarios en Ucrania
Los servicios de Relaciones Internacionales de la Universidad de Murcia, Universidad Politécnica de Cartagena y la Universidad Católica de Murcia comenzaron a primera hora de la mañana de ayer a recabar datos sobre posibles alumnos murcianos que residan en Ucrania por una beca de movilidad internacional. Las tres confirmaron finalmente que ninguno de sus estudiantes está formándose allí, aunque hay varios ucranianos en los campus murcianos.
La UMU, que tiene un convenio internacional para la movilidad de estudiantes de Matemáticas y Administración de Empresas en grado, máster, doctorado y para profesorado en la universidad ucraniana de Karazin Kharkiv (en plena zona de conflicto), se puso en contacto ayer para interesarse por la situación personal de tres alumnos naturales del país del este que están en Murcia.
La UPCT tiene a dos alumnos Erasmus de doctorado en Cartagena procedentes de la State Agrarian and Engineering University in Podilya, mientras que la UCAM mantiene a una alumna ucraniana que reside en su país y que sigue una formación a distancia.
