El prestigioso oncólogo murciano Cristóbal Belda-Iniesta estudió Medicina en la Universidad de Murcia y se doctoró en el estudio de la genética del cáncer de pulmón y tumores cerebrales en la Universidad Autónoma de Madrid. El año pasado, mereció el premio Importante de LA OPINIÓN del mes de septiembre por asumir el mando en el Instituto Carlos III de Madrid, donde sigue trabajando por y para aquello a lo que ha dedicado toda su vida: proteger la salud de las personas.

«Hemos seguido avanzando en la investigación sobre la inmunidad generada por las vacunas y en los distintos aspectos funcionales del virus»

Y estos primeros meses en la dirección del centro han sido «razonablemente intensos», nos cuenta, en gran parte a causa de la crisis de la pandemia de coronavirus: «Hemos seguido avanzando en la investigación sobre la inmunidad generada por las vacunas y en los distintos aspectos funcionales del virus, asociados a las distintas formas de enfermar de las personas». Para informar sobre avances relacionados con la covid-19, Cristóbal ha comparecido en repetidas ruedas de prensa, junto a la Ministra de Sanidad, Carolina Darias.

Además, la erupción del volcán de La Palma les obligó a llevar a algunos de sus científicos a tratar de identificar distintos tipos de partículas en los entornos urbanos cercanos al volcán. Y es que una de las labores primordiales que realiza el Instituto Carlos III de Madrid es prestar servicios científico-técnicos al Sistema Nacional de Salud en aquellos sitios que les requieran.

«Las otras dos actividades fundamentales que realizamos son la investigación, orientada a la protección de la salud de las personas basada en el conocimiento científico, y la financiación de la ciencia orientada al Sistema Nacional de Salud».

Su futuro como director del Instituto Carlos III pasa por cumplir una serie de objetivos fijados a corto plazo: «Tenemos que terminar de construir el laboratorio de máxima seguridad biológica y el centro de terapias avanzadas que formará parte del consorcio de terapias avanzadas, así como otra serie de infraestructuras para aumentar nuestra capacidad científica»; todo ello orientado, como no podía ser de otra forma, «a la protección de la salud».