El juzgado de instrucción de Cartagena que investiga un presunto homicidio por imprudencia de Sara G., que falleció un mes después de someterse a una lipoescultura, ha rechazado la solicitud de que el cirujano se sometiera a una prueba de detección de consumo de drogas.

A través de un auto la magistrada que dirige las investigaciones se ha opuesto a esa solicitud al considerar que esa prueba no podría aclarar nada respecto a si en los momentos previos a la intervención quirúrgica el cirujano que la practicó pudo haber consumido algún tipo de sustancia estupefaciente.

En esa misma resolución, el juzgado llamaba a declarar como testigos a cuatro personas, que serán interrogadas en los primeros días de febrero al considerar que pueden aportar información relevante para el esclarecimiento de los hechos.

Se trata de una enfermera de la clínica de Cartagena donde se practicó la operación, de una auxiliar del cirujano y de dos doctoras del hospital al que fue trasladada la paciente, Sara G., al complicarse su estado tras la intervención quirúrgica, efectuada en el pasado mes de diciembre.

Por otra parte, el cirujano, Javier A.M., y el anestesista, José G., declararán como investigados finalmente a mediados de marzo, después de que el juzgado atendiera la solicitud de aplazamiento plantada por el nuevo letrado de la familia, el penalista murciano Evaristo Llanos, que alegó para ello que la fecha inicial coincidía con otro señalamiento previo en el que debe intervenir.

La resolución judicial en la que se fijaban las notificaciones, dictada el pasado 11 de enero, acordó también dirigirse a la clínica Virgen de la Caridad de Cartagena, donde se realizó la operación, para que aportara "la relación exacta" de todos los participantes en ella, sean facultativos o no, e incluso de los celadores que actuaron una vez finalizada la misma.

Al mismo tiempo se les indicó que deberían informar sobre las cánulas utilizadas en la operación, si fueron aportadas por el facultativo o por la clínica y su paradero actual.

Sobre esos requerimientos, los responsables de la clínica hacían público este miércoles un comunicado en el que mostraban su total colaboración con la Justicia para el esclarecimiento de los hechos.

En el auto se indicaba al cirujano que tendrá que informar sobre el número de lipoesculturas que había practicado con anterioridad a la que hizo el 2 de diciembre a Sara G., fallecida tras permanecer un mes ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital de Cartagena a la que fue trasladada en grave estado tras la intervención quirúrgica.