El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), Lucas Jiménez, ha dicho este viernes tras la asamblea que ha reunido a sus 80 comunidades de regantes para analizar una propuesta de Acuamed sobre la desaladora de Torrevieja (Alicante) que la agricultura no podrá pagar los precios que se barajan de más de un euro el metro cúbico, por lo que exigió que la Administración estatal cumpla la ley de sequía que les obliga a subvencionarla a un precio de treinta céntimos.

Jiménez, sin embargo, ha dejado claro que necesitan agua para sus cultivos agrícolas y que no les importa el origen; «no tenemos problema con eso», pero sí con su calidad y con que el precio sea apto para el regadío, cuestión esta última que queda en tela de juicio con los altos precios que se están pagando en los últimos meses y con una cláusula que ha fijado Acuamed de cobrar a final de año por los gastos extraordinarios que haya apreciado y que incluso podrían incrementar la factura del agua desalada aún más antes de comenzar 2022.

La preocupación de los regantes es tal que aprecian que acordaron contestar a la propuesta de Acuamed que desde luego quieren el agua porque la necesitan «máximo después de que el ministerio (para la Transición Ecológica) sigue adelante con paso militar hacia una elevación injustificada de los caudales ecológicos en algunos puntos del río Tajo».

El de Acuamed, según Jiménez, «no es un convenio, es un contrato de adhesión, de o lo tomas o lo dejas, con cláusulas completamente abusivas», en una disyuntiva en la cual los regantes del Levante español «están obligando cada vez a utilizar el agua desalada, porque los sucesivos ministerios han ido recortando trasvases» del Tajo.

«Queremos que se cumpla la ley, y puede sonar anodino en este país, pero no pedimos absolutamente nada más, que si la ley de sequía dice que el Estado habilitará todo los mecanismos de subvención para que el agua desalada, donde climatología no permite obtener agua suficiente por otros medios, que esté a un precio de 30 céntimos el metro cúbico, que ya es un precio muy exagerado para lo que pagan otros agricultores de media en este país de 3 ó 4 céntimos», agregó.

«A un euro cincuenta o dos euros que pretende que paguemos Aucamed, la agricultura actual, ni la más tecnificada, puede asumir continuar», añadió, por lo que consideró un abuso esta situación que se les ha presentado.

El coste actual es una barbaridad, pero su precio real lo conoceremos a final de año y puede ser estruendoso», auguró, y si esto continúa así calcula la desaparición de la agricultura «más sostenible y más sofisticada» en los próximos años, máxima cuando es la única que puede jugar con ciertos precios, «pero a 1,20 o más no hay agricultura que lo soporte», concluyó.

Por otra parte y preguntado por un posible desabastecimiento de los mercados esta Navidad, recordó que el Levante es responsable del 25% de la fruta que alimenta Europa y España, y del 75% de las hortalizas. «Pero se nos escapa que los compañeros del transporte van a manifestaciones y evidentemente habrá dificultades en el flujo de productos en el país, pero no derivado que haya falta de producción, porque se mantendrá seguro».