El paso de Ana Martínez Vidal y Juan José Molina al Grupo Mixto no está siendo el camino de rosas que esperaban. No cuentan con la portavocía rotatoria que reclamaron ni con la presencia en las comisiones que deseaban. Pero es que también se sienten ninguneados con el espacio de trabajo al que han sido relegados y esta semana han registrado una solicitud a la mesa de la Asamblea en la que piden una «reasignación equitativa» de los recursos que comparten con Podemos.

En ella, ponen de manifiesto que el espacio, en el que pueden llegar a trabajar «durante ocho horas de tres a cinco personas», no cumple las «condiciones mínimas exigidas por la legislación de seguridad laboral». En concreto, denuncian la imposibilidad de que la sala se ventile al no contar con ventanas, por lo que tampoco entra luz natural. Esta situación se agrava en la situación de pandemia, razón por la que el Ministerio de Sanidad recomienda que exista ventilación natural en los lugares cerrados.

En Podemos consideran que ellos no tienen por qué «pagar las consecuencias de la moción de censura»

Molina y Vidal demandan que los despachos de los espacios asignados al Grupo Mixto se repartan al 50% (1 despacho para cada diputado), dejando la sala de juntas como espacio común.

En Podemos consideran que ellos no tienen por qué «pagar las consecuencias de la moción de censura» y recriminan a a Molina y Vidal que no propusieran a la mesa de la Asamblea más espacio cuando elaboraron el reglamento. En este sentido, recuerdan que el Grupo Parlamentario Cs cuenta con despachos para diputados que no los usan al formar parte del Ejecutivo regional.

Proponen una ley electoral sin circunscripciones

Ciudadanos ha presentado en la Subcomisión del Constitucional una reforma de la ley sin circunscripciones «para que todos los votos cuenten lo mismo», como se logró en la Región de Murcia. «Apelamos al consenso, para actualizar el sistema y conseguir un modelo más proporcional que nos represente a todos por igual», indica la coordinadora autonómica de Cs, María José Ros Olivo, para quien «no tiene sentido ninguno que el voto de una persona valga más o menos según su municipio donde resida».