Cuando explico cada año a mis alumnos de Historia del mundo contemporáneo la revolución neolítica trato de convencerles del cambio que supuso para esos antepasados nuestros pasar de andar con la casa a cuestas, huyendo de depredadores y a expensas de las inclemencias meteorológicas, a una vida relajada en comunidad, junto al sonido de un arroyo, y ese extraño fenómeno que supone ver crecer cosas verdes del suelo. Tras esa revolución, como si de un ranking se tratara, podríamos colocar la revolución industrial y el paso de la producción artesanal a la producción en serie, gracias a la aplicación de fuentes de energía a complejos artilugios.

El caso es que estos días ando por IFEMA completamente imbuido en el mundo del feriante. Feriante de los de stand de folleto y cartón piedra y no de los de «era un domingo en la tarde fui a los coches de choque». Decía que andaba yo reventando el cuenta pasos de mi teléfono móvil en la feria Fruit Attraction, el evento referente para el sector agro y en el que se reúnen los principales productores de alimentos del país, ¡Una feria de agricultores, vamos! De los que siembran y cosechan. Es decir, lo mismo que aquellos del neolítico, ¿Se acuerdan? Resulta que cualquiera que sin conocer el sector se pasara por IFEMA estos días esperaría encontrar una feria del sector primario, primario según la clasificación de la geografía económica, y primaria en complejidad. No me digan que no... echar al suelo semillas, agua y esperar. Pero no se equivoquen, junto al pabellón de la Región de Murcia, florecen, nunca mejor dicho, los expositores dedicados a la tecnología más puntera. No me digan que no es poético... Lo más primario junto a la aplicación del blockchain, el bigdata y demás palabros.

Esta combinación supone rentabilizar cultivos, ahorrar recursos, mejorar la calidad de la producción, y demás beneficios para todos, agricultores y consumidores. Nanoburbujas, bombas dosificadoras, dataloggers, sensores de humedad y otros sistemas están hoy en la boca y la mente de los productores de alimentos, y convierten algo tan primitivo como la agricultura en toda una exhibición de progreso humano. Créanme.