La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, fue muy clara ayer en su comparecencia en la comisión del ramo en la que abordó la situación «dramática» del Mar Menor: «No admite más desarrollo urbanístico ni agrícola, hay que trabajar en su reducción».

Así de tajante se mostró Ribera, quien aseguró que la mejor guía para resolver la crisis que atraviesa el ecosistema es el conocimiento científico. Es por ello que anunció un convenio con el Instituto Español de Oceanografía para reforzar la observación y el análisis de los datos recogidos en la laguna.

A las críticas de la oposición y el Gobierno regional sobre la inacción del Ejecutivo de España en relación a la laguna, Ribera recordó que se ha reforzado la capacidad de diagnóstico tanto en el Mar Menor como en el acuífero, que fue declarado en riesgo químico en julio de 2020. También explicó que se ha reforzado a la Confederación Hidrográfica del Segura con 28 efectivos, que han permitido identificar 8.500 hectáreas de regadíos ilegales; así como la reversión de Puerto Mayor a dominio público marítimo terrestre.

La ministra, aunque rechazó entrar en debates de competencias y cifras, sí lanzó un mensaje a la Comunidad tras dar la bienvenida a las propuestas que el presidente autonómico, Fernando López Miras, anunció sobre la limitación del uso de fertilizantes y la reducción del plazo en los procedimientos sancionadores: «Es un paso adelante que zanja la falsa idea de que el Gobierno murciano no tenía herramientas para intervenir en este campo».

En cuanto a las medidas que va a impulsar su ministerio, Ribera anunció la dotación de 317 millones de euros ya presupuestados para implementar diferentes actuaciones y advirtió de que podría ampliarse con la implicación del Ministerio de Agricultura.

Por otro lado, avisó de que se tomarán medidas para la protección del dominio público hidráulico, «con algún nuevo deslinde». Asimismo, comunicó su apuesta por la creación de una comunidad de usuarios de aguas subterráneas «para tener un único interlocutor».

En relación a la prohibición del uso de fertilizantes, el ministerio la extenderá a toda la zona de 1.500 metros más cercana a la laguna, «ya sean orgánicos o inorgánicos», matizó. A lo que añadió que en la siguiente zona se aplicará una reducción de las cosechas a dos.

Otro de los principales anuncios de Ribera fue la creación de áreas de laminación para la recuperación de vegetación que sirva de colchón, para lo que se actuará sobre una extensión superior a 390 hectáreas y se restaurarán 13 kilómetros de cauces. No descarta recurrir a soluciones como la creación de convenios de custodia del territorio con organizaciones sociales o la compra de fincas eventualmente.

La ministra se comprometió a intensificar el contacto a nivel técnico y mantener reuniones con el Gobierno regional. Con quien también garantizó que mantendría conversaciones una vez al mes es con la sociedad civil, que «demanda ser escuchada y participar en el proceso de regeneración».

Ribera zanjó el debate sobre las golas al afirmar que «no queremos diluir el Mar Menor en el mar ‘mayor’. Es una propuesta que no resolvería con carácter estructural la crisis». Además, afirmó que las medidas que se tomen tienen que ir directas a solucionar el problema de raíz, «y no a blanquearlo».