El TSJRM ha desestimado el recurso presentado por una empresa agrícola de Cieza contra la sentencia que declaró improcedente el despido de un trabajador que, encontrándose de baja, se colocaba un cabestrillo en el brazo al acudir a las oficinas de la misma o al centro de salud, que se quitaba nada más salir de las mismas y ponerse al volante de su coche.

La sentencia de la Sala de lo Social del TSJRM, a la que ha tenido acceso Efe, confirma así la dictada por el juzgado de lo Social número Cuatro de Murcia en noviembre de 2019, que declaró la improcedencia de la extinción de la relación laboral y dio a la empresa la opción de readmitir a su empleado o pagarle una indemnización de 2.700 euros.

El juzgado declaró que el demandante inició la situación de incapacidad temporal en abril de aquel año con motivo de una luxación de hombro y que en agosto fue despedido por transgresión de la buena fe y por desarrollar actuaciones contradictorias con la situación de baja en que se encontraba.

En la carta de despido, la empresa le comunicó que tomaba esa medida al haber comprobado que se colocaba el cabestrillo en el brazo al llegar a sus dependencias o a las del centro de salud, que se quitaba nada más salir de esas instalaciones, además de señalarle que lo habían visto acudir a comprar al supermercado sin el mismo.

Para la empresa, no existía duda alguna de que había superado las limitaciones que condujeron a la situación de baja, por lo que debían haberse reincorporado al trabajo.

Sin embargo, la Sala de lo Social, con ponencia del magistrado Joaquín Ángel de Domingo, no solo ha confirmado la improcedencia del despido, sino que condena a la apelante a pagar 500 euros en concepto de costas.

Y comenta que de los informes médicos recogidos en las actuaciones no se desprende la necesidad de llevar el cabestrillo constantemente ni que el empleado tuviera prohibida la conducción durante la situación de baja.

La sentencia concluye que tampoco consta que las actividades desarrolladas por el demandante retrasaran su curación para reincorporarse a su trabajo como podador.