El Gobierno de España espera comenzar a tramitar durante la primera quincena de febrero la Ley Trans. En palabras de la ministra de Igualdad, Irene Montero, se trata de un «paquete legislativo histórico que garantizará los derechos de todo el colectivo LGTBI». Sin embargo, una parte destacable del feminismo ha alzado su voz contra la nueva norma, que consideran que atenta contra los derechos de las mujeres a cuenta de la autodeterminación de género que recoge la ley.Yolanda Ayala y Adela Ros pertenecen al grupo feminista radical „«vaya por delante que radical viene de ´raíz', no de extremistas», aclaran„ RadFem Murcia, que forman parte de la Confluencia Movimiento Feminista de España, una de las organizaciones que se han manifestado más en contra de la nueva norma. Consideran que la autodeterminación o la libre determinación «no es un derecho, sino un privilegio». Con la nueva norma, bastará solo con la palabra para que una persona se cambie de sexo en el Registro Civil. «Otros colectivos como los parados o los discapacitados, tienen que acreditar su situación para acceder ayudas», explica Yolanda.

El feminismo radical se opone a considerar legalmente a las mujeres trans como mujeres que han nacido biológicamente como tal. «Tienen una experiencia de vida diferente a la de la mujer que ha nacido mujer. El sujeto político no es el mismo y las reivindicaciones no son las mismas», defiende Yolanda. El problema para Adela está en la propia teoría ´queer' sobre la que se apoya la Ley Trans. «La autodeterminación de género se basa en que el sexo es secundario; mientras que el feminismo es, justamente, lo contrario: la raíz de la opresión que sufre la mujer es por su sexo», afirma.

A estas feministas radicales les preocupa también las consecuencias que la aprobación de esta nueva norma pueda tener en los «espacios seguros» de las mujeres. «En un vestuario, ¿cómo sé que la persona que entra lo hace porque es una mujer trans o porque quiere mirar?», afirma Adela. Del mismo modo, alertan del fin de las competiciones femeninas: «¿Qué motivación va a tener una niña por entrenar y sacrificarse si luego sus marcas van a estar por debajo de una mujer trans?».

Hasta la Ley de Violencia de Género dejaría de tener sentido con la libre determinación, advierten. «Si no puedes definir al sujeto víctima de la violencia al que tengo que proteger, la ley no funciona». Y lo mismo pasaría, añaden, con la Ley de Paridad: «¿Es paritario un gobierno con la mitad de hombres y la mitad de mujeres trans? Las mujeres trans, en todo caso, han de tener su propia cuota de representación, pero no ocupar las nuestras».

Tampoco están de acuerdo con la legislación que afecta a los menores trans, que podrían llegar a recibir tratamientos hormonales y operaciones quirúrgicas sin permiso de los padres si se oponen a la transición de su hijo. «Queremos niños y niñas libres que experimenten, libres de estereotipos. Que un niño se ponga una falda si quiere sin necesidad de que sea objeto de estudio para ver si detrás hay una niña», argumentan. Asimismo, Yolanda y Adela alertan de que comenzar la transición con un niño o una niña podría tener «consecuencias irreversibles» cuando, con el tiempo, «puede haberse tratado de una crisis de identidad».

División del feminismo

No es ningún secreto que la visión feminista de la ministra Montero choca con la de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, más reacia a la teoría ´queer'.

Las feministas radicales de Murcia afirman que su fin es «que la mujer se libere del sistema patriarcal, de opresión, que se debe a su sexo». Y añaden: «Las mujeres trans no hacen daño al feminismo, las leyes mal elaboradas, sí. La autodeterminación no es feminista».

Polémicas

Autodeterminación de género

Este principio que defiende la teoría ‘queer’, cercana al movimiento LGTBI, entiende que cada sujeto es libre de decidir por sí mismo cuál es su género y, por tanto, si quiere ser tratado como hombre o como mujer.

Despatologización

La Ley Trans pretende «dejar de tratar como enfermos» a este colectivo, empezando por eliminar un informe de disforia de género como requisito para cambiar de sexo en el Registro.

Menores

Los menores de 18 años podrían llegar a recibir tratamientos hormonales y operaciones quirúrgicas sin permiso de los padres si se oponen a la transición de su hijo.

Lenguaje

La teoría ‘queer’ difunde términos que normalicen la negación del sexo como categoría biológica. «Nos han llegado a llamar ‘vulvoportantes», denuncian las feministas radicales.