La doctora Patricia Pastor ha pasado más de dos semanas encerrada en una habitación de 10 metros luchando contra el coronavirus. Es una de las sanitarias murcianas que ya puede decir que le ha ganado la batalla al Covid-19 y en breve se incorporará a su hospital para seguir luchando desde su ámbito, el sanitario.

P ¿Cuándo le diagnosticaron el coronavirus?

R Fue a principios de marzo.

P ¿Había tenido síntomas o contacto de riesgo con alguna persona contagiada?

R No había presentado síntomas alarmantes hasta que por la tarde comencé, de forma brusca, con dolores musculares y fiebre de hasta 38ºC. Tampoco era consciente de haber tenido relación con ninguna persona sospechosa de Covid19. Además, había permanecido en Murcia capital desde algo más de tres semanas antes del comienzo de los primeros síntomas de la enfermedad y tampoco había realizado ningún viaje a lugares con focos declarados de contagios hasta ese momento.

P ¿Cómo fue ese momento en el que le confirman el positivo?

R Me invadió un sentimiento de angustia y miedo por las personas vulnerables que tenía a mi alrededor y una gran preocupación por mis compañeros y pacientes con los que había compartido espacio. Aunque yo me encontraba sin síntomas, desconocía el grado de contagiosidad que podía tener.

P ¿Dónde pasó la cuarentena?

R En una habitación de 10 metros cuadrados con cuarto de baño propio.

P ¿Cómo ha vivido este tiempo de aislamiento?

R Yo soy una persona muy sensible pero a la vez muy alegre. Los primeros días me sentí agobiada por el hecho de haber podido contagiar a alguien, pero fueron pasando los días y sentí un gran alivio al conocer que las personas más allegadas a mí, tanto en mi entorno familiar como en el laboral, no presentaban síntomas y las pruebas fueron negativas. Posteriormente me centré en mis hijos, las verdaderas víctimas de mi enfermedad y procuré buscar la manera de seguir estando presente aunque no me vieran; jugábamos separados por una puerta al ahorcado, a las adivinanzas, a mi hijo mayor le ayudaba con los deberes, ponía música y bailábamos cada uno a su manera. Mi marido, que es médico especialista, ha tenido que seguir trabajando telemáticamente, ha ejercido de padre, de madre, de cocinero, y lo ha hecho tan bien que me ha ahorrado muchas preocupaciones. He tenido la suerte de contar con una familia y unos amigos que han sabido sacarme una sonrisa todos los días.

P ¿Cómo fue estar separada de ellos por una puerta?

R Les he hecho la pregunta a ellos, que tienen 5 y 7 años. Me dicen que al principio se preocuparon mucho porque su mamá tenía aquel bichito del que hablaban en el colegio y que les producía tanto miedo. Después, al ver que me encontraba bien, empezaron a sentirse mejor.

P ¿Qué ha sido lo más duro?

R El miedo estremecedor que se apodera de ti por un posible contagio de mis familiares más vulnerables y la impotencia de no poder estar en el hospital aportando mi granito de arena. Afortunadamente, en pocos días voy a retomar mi labor asistencial y aunque actualmente no estamos ante una situación tan dramática como en otras comunidades y sanitarios murcianos de momento no faltan, no hay que bajar la guardia y hay que estar preparados para cualquier contratiempo. Allí estaré para ayudar en todo lo que pueda.

P ¿Qué es lo primero que hizo cuando le dijeron que había superado el coronavirus?

R Desde que me realizaron la PCR mis hijos estaban ansiosos por conocer el resultado, pero tardó casi 24 horas. Sobre las 9.00 recibí una llamada y gritando ¡Soy negativa! abrí por fin esa puerta que me había mantenido separada de mis hijos y mi marido durante 16 días y me fundí con ellos en un abrazo que no se me va a olvidar jamás€.sentí felicidad en el más puro significado de la palabra.

P ¿Cómo se vive la pandemia del coronavirus desde el lado sanitario?

R Los sanitarios, al igual que el resto de la sociedad, tenemos nuestros miedos, nuestra familia, nuestros proyectos, pero todo eso que es tan valioso lo dejamos en un segundo lugar porque nuestra vocación nos lleva a unos niveles de autoexigencia que nos hace olvidarnos del reloj, del día de la semana que es, si es festivo o laboral, con tal de proteger la salud de los demás por encima de la propia. Es nuestra vocación.

P ¿Cree que en Murcia se está actuando bien ante la amenaza del contagio?

R Reconociendo que nadie está preparado para una situación de estas características, creo que en Murcia se está trabajando sin descanso para intentar mitigar los efectos devastadores de esta pandemia. Y esto incluye a las instituciones, los profesionales sanitarios y la población general. En este sentido, quiero reconocer la labor tan importante de los profesionales sanitarios con los que cuenta el SMS, mis compañeros. Muchos de ellos han tenido que adaptar rápidamente su forma de trabajar a las nuevas circunstancias, con una labor que intenta preservar la máxima calidad asistencial en un momento crítico. Y la sociedad en general ha demostrado un gran civismo y una gran responsabilidad al cumplir con las recomendaciones. Ha entendido que con ello no sólo se protegen a sí mismos sino que nos protegen a todos, ayudando de una manera decisiva a los profesionales sanitarios a contener la pandemia.

P ¿Qué diría a la población?

R Estamos demostrando que somos una gran sociedad y debemos permanecer unidos. Se me llenan los ojos de lágrimas al pensar en todas esas familias que han perdido a un ser querido en estas terribles circunstancias y aquellas que se encuentran hospitalizadas y mis aplausos de cada tarde se los dedico a ellos. Juntos vamos a superar esta crisis.