Quince ciudadanos -de entre 40 y 80 años y entre los que hay empresarios y abogados- están metidos en un grave problema tras descubrir la Policía Nacional que contrataron expresamente a mujeres menores de edad para mantener relaciones sexuales con ellas. Estos servicios les ofrecía la moderna red de prostitución desmantelada en la Región por los agentes del Grupo de Menores de la Brigada de Policía Judicial y de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior.

Los quince clientes fueron detenidos por la Policía, junto a otras catorce personas que captaban a jóvenes en un colegio, discotecas y anuncios a través de Internet para que se prostituyeran en pisos de alterne y a domicilio. La red estaba dirigida por tres mujeres y los maridos de dos de ellas, que eran los propietarios de los pisos-prostíbulo en los que se explotaba sexualmente a las jóvenes. Un segundo nivel de la red estaba formado por las cinco personas que se encargaban de contactar con las chicas, normalmente a través de Internet -en los anuncios de chicas se ofrecían para trabajar cuidando niños y ancianos-, y en las discotecas de ambiente latino. Les decían que se iban a dedicar a dar masajes. A otras las captaban en un colegio de Murcia, a través de las propias prostituidas, que corrían la voz de esta forma de ganar dinero rápido y fácil entre sus compañeras de clase. Otras cuatro personas detenidas trasladaban a las jóvenes a los domicilios donde se citaban con los clientes.

Las investigaciones se iniciaron en agosto, cuando la Policía tuvo conocimiento de la desaparición de una menor de 17 años, de nacionalidad ecuatoriana, que según sus progenitores mantenía un alto nivel de vida sin que se le conociera trabajo remunerado. Las pesquisas llevaron a los agentes a un piso en la capital murciana, donde la desaparecida residía junto a otras chicas y un matrimonio. Era allí donde estaban siendo explotadas sexualmente. A raíz de esta operación, la Policía Nacional descubrió que la red iba mucho más allá. Tenían un archivo fotográfico con imágenes de 400 mujeres, cuyos servicios sexuales ofrecían a los clientes a través de la aplicación de mensajería instantánea 'Whatsapp' y otras redes sociales. Aunque cada explotadora sexual tenía sus propias chicas para ofrecer y su cartera de clientes, existía un intercambio habitual entre todas.

La importancia de la operación policial hizo que el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, estuviera ayer en Murcia, para explicar los detalles de la actuación junto al delegado del Gobierno, Joaquín Bascuñana; el jefe superior de Policía en Murcia, Cirilo Durán, y el comisario jefe de la Brigada de Extranjería y Fronteras, Alfonso Navarro.

Las doce víctimas menores de edad tenían entre 14 y 17 años. Cuatro de ellas eran españolas, mientras que el resto eran de procedencia sudamericana (ecuatorianas, paraguayas, colombianas y bolivianas). Los clientes pagaban entre 80 y 200 euros por sus servicios, según precisó Navarro.

Durante la operación, además, se llevaron a cabo tres registros domiciliarios y dos inspecciones en locales públicos. Los agentes intervinieron dos vehículos a motor y numerosa documentación.

Las últimas detenciones se llevaron a cabo el pasado martes. El comisario Navarro señaló que la investigación todavía no está cerrada, de forma que todavía podrían aparecer más menores de edad y más clientes. La zona de influencia de la red era Murcia y poblaciones de alrededor, como Lorquí.