Los primeros recortes presupuestarios ya le afectaron y todo apunta a que será lo último que vuelva a la normalidad, pero el teatro, un arte al que siempre se le ha situado en una u otra crisis, resiste. Hasta ahora, las compañías murcianas continúan haciendo malabarismos y usando, más aún, la imaginación; las aulas de la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia se siguen llenado porque cientos de personas quieren emocionar a alguien desde un escenario; y el público, afortunadamente, no ha dejado de acudir a las salas en las que, eso sí, las programaciones cada vez son más escasas. En el Día Mundial del Teatro, que se celebra hoy, la mirada se dirige hacia este sector que es industria pero que también es un arte que se pierde en los siglos, porque al ser humano siempre le ha gustado contar historias... y escucharlas.

En la Región hay un total de 76 compañías de teatro –según refleja el Anuario de Estadísticas Culturales de 2010 elaborado por el ministerio de Cultura, el último publicado–. A pesar de que la cifra se ha duplicado desde 2005, Murcia sigue siendo la quinta comunidad con menos agrupaciones profesionales, y las actuaciones que se celebran en sus más de 40 salas apenas suponen el 1,3% del total del país.

Aunque se siguen abriendo espacios escénicos, en 2009 descendió el número de espectadores y la recaudación, y en Murcia, más que en la media del país. En la Región se perdieron 86.000 espectadores en 2009 –se pasó de los 256.000 en 2008 a 170.000, según el Ministerio–, aunque el descenso se debe, principalmente, a la reducción de representaciones y no a que la gente haya dejado de ir al teatro.

Búsqueda de soluciones

El presidente de la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titularidad Pública (RED), Gerardo Ayo, cree que «las artes escénicas se han convertido en un refugio para la gente, que ha descubierto que no es tan caro como otros tipos de ocio». Desde la Región, el presidente de MurciaaEscena –Asociación de Empresas Productoras de Artes Escénicas–, Nacho Vilar, también señala que, «lo más curioso es que la gente se sigue acercando al teatro... Y mientras haya público, habrá un rayo de luz», sentencia. Aún así, sostiene que una de las prioridades es «la búsqueda de nuevos públicos», llevando el teatro, por ejemplo, hasta los colegios y los institutos.

Otra línea de actuación sería –explica Nacho Vilar–que la empresa privada tuviera más presencia en el teatro, aunque reconoce que, por el momento, las administraciones «son reticentes a ceder los espacios». De los 40 centros escénicos regionales que recoge el Anuario del Ministerio de 2010, un total de 34 son de titularidad pública, y las administraciones, casi ahogadas, no han dudado en recortar el máximo los presupuestos de sus programaciones. «La situación cada vez va a peor, sigue bajando la contratación y aumentando la morosidad; además, ahora, con la cercanía de las elecciones, todo se ha ralentizado mucho más», añade el presidente de MurciaaEscena.

Desde RED –que agrupa 800 espacios escénicos públicos de toda España–, se alerta de que «es importantísimo que no se peguen esos grandes tijeretazos a la cultura, porque si se pasa un año sin programación teatral, la recuperación del público no se conseguirá hasta 4 o 5 años después». Asimismo, Ayo recuerda que «no hay deudas de primera clase y de segunda» y añade que hay casos en los que las compañías están cobrando hasta dos años después de los ayuntamientos.

Desde MurciaaEscena se cree que la gestión mixta –pública y privada–, así como el mecenazgo y las residencias de compañías en los teatros ya existentes, son algunas fórmulas que pueden ayudar a paliar la crisis actual, aunque Vilar también hace un llamamiento a las administraciones para que «no dejen de apostar por las artes escénicas». «Está muy bien arreglar las calles y poner farolas, pero si no se destina parte del dinero a la cultura estamos creando una sociedad inculta y analfabeta, que es lo peor que nos puede pasar».

«La peor crisis»

Mil veces se ha anunciado la muerte de un arte que siempre ha hecho que el espectador se mirarse en una suerte de espejo, ayudándole a enfrentarse a mil demonios. «A pesar de todo, el teatro español sigue teniendo buena salud. Las artes escénicas siempre han estado en crisis, y eso favorece que sepamos torear mejor que otros sectores estas situaciones», asegura Ayo.

Sin embargo, Nacho Vilar cree que «esta es la peor crisis porque está siendo muy larga y, además, ni siquiera sabemos si ya ha tocado fondo». «Uno no se acostumbra nunca a esta lucha diaria para no fallecer por inanición», añade el presidente de MurciaaEscena, quien apunta el dato positivo de que ninguna compañía murciana ha desaparecido por la crisis y quien confía en que la celebración de hoy sirva para hacer más visibles los problemas de un sector que sigue alimentando la ilusión del público, de profesionales y de cientos de jóvenes que, sin que la crisis les condicione, llenan las aulas de la ESAD –hay actualmente un total de 265 alumnos– para convertirse en actores o directores y seguir haciendo soñar.