Decirle a una ex esposa que se le va a quitar al hijo fruto de un matrimonio ya rescindido no es un delito de amenazas en el ámbito doméstico, según una sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia, que estimó de forma parcial el recurso de un hombre condenado a seis meses de prisión por un juzgado de lo penal de Cartagena.

En la sentencia, la sala señala que el juzgado, en una resolución de febrero de 2008, declaró como hechos probados que el denunciado tenía prohibido acercarse a menos de 500 metros de su ex esposa por un auto dictado con anterioridad por un juzgado de San Javier.

A pesar de que pesaba sobre él esa prohibición, el 15 de noviembre de 2007, «tras tener conocimiento de que la madre de la denunciante, ésta y su hijo se encontraban en el centro de salud de Pilar de la Horadada (Alicante), se presentó en dicho lugar». Una vez allí, añade la sentencia del juzgado de lo penal, insultó a su ex esposa, que tenía asignada la guarda y custodia del menor, y, con ánimo de amedrentarla, le dijo que «le iba a quitar al niño».

El juzgado lo condenó a seis meses de prisión por un delito de quebrantamiento de condena, y a otros tantos por un delito de amenazas en el ámbito familiar, además de a seis días de localización permanente por una falta de injurias. El acusado presentó un recurso ante la Audiencia Provincial de Murcia, que lo ha estimado parcialmente al anular la condena impuesta por las amenazas.

La Audiencia afirma que la expresión «le iba a quitar al niño» es una frase concreta y proferida por el inculpado contra su ex pareja en la puerta del centro de salud, y «en este escenario, la expresión debe ser analizada desde la perspectiva del derecho penal en el contexto en que fue pronunciada: dentro de una familia con las relaciones rotas».

No lo considera intimidación

La sentencia emitida por la Audiencia Provincial señala también que la frase en cuestión «carece de contenido intimidatorio o amenazante y es inocua, porque el hecho que se anuncia no depende de la voluntad del anunciante; no puede considerarse una amenaza ni siquiera leve, porque no puede valorarse como tal que un padre anuncie que va a luchar por tener la custodia de un hijo, con independencia de la mayor o menor mesura en el planteamiento de la reivindicación».