Denuncia

La Fiscalía investiga las aguas que vierte el emisario de Cala Reona

Los vecinos aseguran que el órgano judicial se ha involucrado tras su denuncia, ya que consideran que el vertido es perjudicial

Un camión de Hidrogea carga un trozo del emisario. | JOSÉ LUIS ALBERT

Un camión de Hidrogea carga un trozo del emisario. | JOSÉ LUIS ALBERT / Juan Daniel González

Se ha cumplido ya más de un año desde la rotura del emisario de Cala Reona, en Cabo de Palos. La construcción de una nueva infraestructura estuvo meses en el limbo, hasta que finalmente se decidió que sería la Confederación Hidrográfica del Segura la que se haría cargo. Sin embargo, esta tardará algunos años en materializarse y mientras tanto el tubo continúa vertiendo aguas tratadas de la depuradora Cabo de Palos Sur al Mediterráneo.

El Ayuntamiento asegura que se mantiene una vigilancia y control permanente de estas, y que, al estar cloradas, se encuentran dentro de los parámetros legales y que no suponen un peligro para el medio ambiente y el baño. La postura de un grupo de vecinos de la localidad costera es bien distinta, pues consideran que, aunque los efluentes que se vierten estén tratados, todavía llevan consigo una carga de contaminación química y orgánica que «puede supone un riesgo para la salud de los usuarios por la presencia de bacterias y virus propios de las aguas fecales».

Además, advierten, «están causando un perjuicio a la pesca profesional, a la Franja Litoral Sumergida de la Región de Murcia y a la Reserva Marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas. Ante la situación, han llegado al punto incluso de llevar el asunto a lo legal.

Contrataron un abogado medioambientalista y presentaron una denuncia a la Fiscalía, que ha sido admitida, de modo que el órgano judicial ha acordado iniciar diligencias de investigación. En este sentido, ha requerido al Ayuntamiento y a la entidad Esamur que aporten informes sobre la calidad de las aguas, según ha asegurado a La Opinión José Luis Albert, uno de los vecinos implicados. A esta última también ha solicitado toda la información relativa a la causa de rotura del emisario. En el caso también se ha oficiado al Seprona, a efectos de que practique una toma de muestras en el lugar de salida de las aguas.

Por su parte, los vecinos, ante la situación, instan al Ayuntamiento, así como a la Consejería de Salud, para que adopten las medidas oportunas para evitar este «riesgo», mientras llega la solución definitiva de la nueva estructura, incluido el cierre para el baño de la playa de Cala Reona, y otras cercanas, si fuera necesario.

En este sentido, exigen a las administraciones que realicen las obras de emergencia necesarias para reparar provisionalmente el actual emisario, sumergiéndolo y alejándolo de la costa, mientras se aprueba y se ejecuta el nuevo proyecto.

Y es que, según relata José Luis Albert, hace unas semanas fue testigo de cómo cortaban en trozos de unos ocho metros de largo, que posteriormente cargaban en camiones de Hidrogea, lo que quedaba de tubo.

De este modo, «ahora las aguas tratadas se vierten a escasos cinco metros de la orilla, en lugar de a 40 metros como hasta hace unos meses». Para este vecino la situación es «vergonzosa», teniendo en cuenta que el proyecto inicial que se hizo del emisario «contemplaba que los efluentes saldrían a tres kilómetros de la costa y a unos 35 metros de profundidad».