La Opinión de Murcia

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En ruina

Los restos del Katy de Cabo de Palos tienen los días contados

Urbanismo ha preparado un informe para declarar "en ruina" lo que queda del emblemático restaurante, cerrado desde 2019 - Su pretensión es llevar a cabo los trabajos «antes del verano»

El restaurante Katy de Cabo de Palos, en ruinas, en una imagen de la pasada semana. | IVÁN URQUÍZAR

Los restos del emblemático restaurante Katy de Cabo de Palos tienen los días contados. El local, que en su día fuera uno de los lugares gastronómicos más emblemáticos del pueblo pesquero, se encuentra actualmente en estado ruinoso, por lo que Urbanismo ha preparado un decreto para proceder a su demolición íntegra «antes de verano», según han confirmado a La Opinión.

El local se encuentra cerrado desde noviembre de 2019, después de que los propietarios, la familia Trillo Figueroa, consiguieran una orden de desahucio para echar a quienes llevaban el negocio desde hacía seis décadas.

Casi dos años después, en septiembre de 2021, debido al poco cuidado, el local se encontraba en un estado avanzado de deterioro y abandono. Tras una inspección por parte de Urbanismo, los técnicos municipales pudieron constatar que una de las vigas del interior del local se encontraba gravemente afectada y que algunas del exterior se habían desprendido y no se encontraban debidamente sujetas. En la zona de terraza también constataron el desprendimiento de algunos de los carteles del restaurante. Como consecuencia, la Concejalía tramitó un expediente SERU, en el que solicitaba como medidas cautelares el desalojo y precintado del local y su terraza.

El Ayuntamiento dio un plazo máximo de diez días a los propietarios para llevar a cabo la ejecución de las obras para garantizar la seguridad de la edificación.

En este sentido, los propietarios instalaron un vallado alrededor de la parcela. Tras la denuncia de la Policía Local y el informe de los servicios técnicos municipales, se constató que las actuaciones que se estaban realizando no se ajustaban a lo ordenado y, además, no constaban de la autorización de Costas. A finales de enero de 2022 se dictó una resolución con la que se ordenó la inmediata paralización de las obras y se incoó expediente sancionador por presunta infracción urbanística, así como un procedimiento para «la restauración de la realidad física alterada». Los propietarios alegaron que «las obras que llevaron a cabo fueron por orden del Ayuntamiento, con sujeción a lo prescrito y comunicándolo al Ayuntamiento y a los organismos pertinentes». Asimismo, afirmaban que «los postes del vallado se instalaron dentro de su parcela y no en dominio público», tal y como dicta el expediente de Urbanismo.

Los propietarios instalaron un vallado alrededor del local que el Ayuntamiento ha decretado como ilegal

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Transcurrido el plazo que se le dio para legalizar la obra, «que ha tardado bastante por la dificultad de notificar a tantos propietarios», según puntualizan fuentes de Urbanismo, y desestimadas las alegaciones, se ha dictado una orden de demolición del vallado. Los propietarios tienen un mes para recurrir a la orden de demolición, o bien dos meses para presentar el caso ante el Juzgado de lo Contencioso Administrativo.

Por otro lado, hace dos semanas los servicios técnicos de inspección visitaron la parcela, cuyo estado es peor del que constataron en 2021, por lo que han preparado un informe para declarar en ruina lo que queda del edificio. «La idea es poder demoler antes de que comience el verano», afirma Urbanismo.

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