La parada más larga que ha tenido lugar en la historia de la refinería de Repsol en Cartagena ya ha llegado a su fin. Tras mes y medio de trabajo, cerca de 2.000 operarios diarios han llevado a cabo la puesta a punto de 450 equipos de las áreas de conversión e hidrotratamiento

Unos trabajos que han contado con 75 millones de euros de presupuesto y que han permitido a la factoría la puesta en marcha de cerca de cincuenta iniciativas que suponen la reducción de 68.000 toneladas de CO2 anuales en la refinería cartagenera. 

Entre ellas, destacan la puesta en marcha de un nuevo compresor en una de las antorchas de la refinería, la instalación de un nuevo precalentador en el horno de la unidad de topping y la colocación de una nueva columna en la misma unidad, que permitirá incrementar la eficiencia de su operación.

En total, los trabajadores de la factoría han chequeado 1.640 válvulas, 192 torres y depósitos, 232 intercambiadores y 22 reactores. Los operarios también se han encargado de chequear el correcto funcionamiento, así como de renovar aquellos elementos que sean necesarios, dentro de la unidad coquer de Cartagena, la más grande de España que cuenta con cuatro cámara de 41 metros de altura cada una, lo que equivale a un rascacielos que cuenta con 36 alturas.

Esta parada se suma a la que ya se llevó a cabo este mismo año en el área de lubricantes, que contó con un presupuesto de 15 millones de euros y en la que trabajaron una media de 400 trabajadores al día, llegando en momentos punta a los 500 profesionales. Ambas suman una inversión de Repsol de 90 millones en Cartagena.