«¿No me irá usted a cobrar 1.000 euros?», preguntó María del Mar medio en broma al cerrajero que acudió durante la pasada Nochevieja a su vivienda en el paseo Alfonso XIII de Cartagena.

Este profesional, ante la cuestión, se mantuvo en silencio, quizá porque sabía que la respuesta no distaría mucho de la cantidad expresada por esta vecina de la ciudad portuaria de 59 años.

Hasta tres veces preguntó 'por cuánto le saldría la fiesta', pero el cerrajero evitó responder hasta que le facilitó el resguardo con el presupuesto: 1.077,29 euros.

Como tantos otros vecinos de la Región, María del Mar, técnico de Laboratorio, su marido, Juan de 61 años y su hijo de 27 años, junto a su pareja, salieron a cenar a casa de un familiar para festejar el fin de año, «jamás me había dejado antes el bolso, pero esa noche se me olvidó y con él las llaves». Lo primero que hizo esta vecina fue llamar en varias ocasiones a su cerrajero de confianza, Juanjo de cerrajería Seurce, pero eran ya las 12:30 horas y no fue posible localizarlo.

Aunque conocía perfectamente los riesgos de buscar a una empresa sin referencias previas a través de un buscador online tuvo que hacerlo; la situación era comprometida: su marido está evaluado como candidato para trasplante de corazón y pulmón y se desplaza en silla de ruedas eléctrica, «para él un resfriado significa la hospitalización», explica María del Mar que aclara que «el hotel no era una opción, porque mi marido necesita oxígeno y CAP (monitorización avanzada)».

La familia esperó resguardada dentro del portón del edificio. Cuando el cerrajero llegó, según la afectada, sólo necesitó cinco minutos para proceder a una 'apertura de resbalón', uno los trabajos más básicos para un profesional.

Ya en el recibidor de la casa, el cerrajero preguntó si la vivienda era alquilada o de su propiedad, algo que despertó las alarmas en María del Mar, «creo que lo que hacen es estafar a las aseguradoras, en cualquier caso, en ese momento ya estaba cabreada, me quité de en medio y dejé a mi marido, que pagó con tarjeta».

Esta vecina informa que todavía no tiene la factura sino sólo un resguardo de la operación. «Este hombre me llegó a indicar, y lo dejó por escrito, que para cobrar esa cantidad del seguro debía decir que había tenido que romper el bombín de la cerradura, es decir, me estaba pidiendo que engañase al seguro», explica indignada María del Mar que el viernes llamó a la policía para trasladarles el incidente, «pero me remitieron a la oficina del consumidor, que no sé si podrá ayudarme». María del Mar asegura que pondrá el caso en manos de sus abogados.

«Cuando te ves en una situación límite como la que yo viví, lo único que quieres es entrar en casa; he sido víctima de un timo y un chantaje por el momento de urgencia en el que me encontraba; me han engañado a sabiendas», lamenta esta profesional sanitaria.

La empresa confirma la factura

Esta Redacción se ha puesto en contacto con la empresa, AVG Servicios, que presupuestó los 1.077,29 (849 euros, más un IVA del 21 por ciento).

Una persona que se identifica como David explica que en un servicio de urgencia, en una noche tan señalada como Nochevieja, es el precio habitual en el sector. Aunque sea sólo una apertura de resbalón. David afirma que «se le añade un 50 por ciento de recargo por ser Nochevieja» y aclara que el precio final depende de varios factores, entre ellos, el tipo de cerradura.

"Es una pasada"

Según Juan José Frutos, propietario de Seurce Cerrajería, los precios en este sector oscilan entre los 40 o 50 euros por un servicio ordinario, dependiendo del desplazamiento o la nocturnidad, «si voy a emplear y romper brocas porque hay una cerradura muy especial se podría cobrar hasta 150 euros, pero de ahí a los 1.000 euros...». Frutos no duda en describir lo sucedido a María del Mar como «una estafa a cal y canto, ¿si llamo a un taxi en Nochevieja me va a cobrar 1.000 euros?».

Este profesional asegura que antes de tener oídas de este caso, el récord que había escuchado rondaba los 600 euros, también supo de «abusos» de 200 o 300 euros «pero es la primera vez en mi vida, tras 40 años de experiencia, que escucho 1.000 euros; es una pasada, no debería estar permitido por la ley».

Otras fuentes consultadas del sector, aconsejan que siempre se pacte un precio aproximado del trabajo a realizar durante la primera llamada, tras explicar con detalle la situación con la que se encontrará el cerrajero.

El precio por cambiar una cerradura básica rondaría los 80 y los 100 euros; si se trata de cerraduras para puertas acorazadas o blindadas, el presupuesto podría alcanzar los 300 euros, o incluso 500.

Desde la Unión de Consumidores de España consideran «importante dar a conocer todos estos abusos para impulsar una legislación rigurosa en el sector».

Los cerrajeros contactados defienden la profesionalidad del gremio, y aseguran que estas prácticas poco éticas (no informar al cliente del presupuesto, o aprovecharse del seguro), no son la norma general, pero hacen daño al sector».