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Un murciano de 78 años, rechazado en 'First Dates' después de contar qué necesita en la intimidad

El programa de Carlos Sobera ha puesto en contacto a dos septuagenarios de Murcia

Un murciano de 78 años, rechazado en 'First Dates' después de contar qué necesita en la intimidad

Las parejas que pasan por 'First Dates' no pasan ningún filtro por su edad (salvo haber cumplido los dieciocho años), ideología, orientación sexual o procedencia: una de las grandes medallas del programa conducido por Carlos Sobera es que se refleja la diversidad de la sociedad española en toda su amplitud.

El pasado abril de 2023, el programa celebró sus siete años con unos datos espectaculares: 8.300 citas en total de las cuales el 60% han terminado con un "sí" a una segunda cita, 30 peticiones de compromiso, ocho bodas y nueve bebés y el reconocimiento de haber dado visibilidad a múltiples orientaciones e identidades sexuales.

La diversidad que se puede ver en el programa y el excelente casting que realiza entre los candidatos a cenar en el famoso restaurante de Carlos Sobera han dado lugar a algunos de los momentos más épicos y graciosos de la televisión, que ocurren de forma natural al plantear una cita "a ciegas" entre dos personas que no se conocen previamente.

En esta ocasión, los invitados estrella al programa han sido dos septuagenarios de Murcia que se han puesto en manos del programa de Cuatro para intentar encontrar a futuro compañero de vida.

El fracaso de dos murcianos en 'First Dates'

Como ocurre casi siempre en las citas orquestadas por 'First Dates', como empieza el encuentro no tiene nada que ver con como termina, y es que aunque la cena entre los solteros auspiciada por Laura Boado y Carlos Sobera no sea especialmente extensa, los cambios suceden a la velocidad de la luz dentro del plató.

Los protagonistas de esta noche fueron Jesús y Mari Carmen: él, un soltero de 78 años ya jubilado que confesaba adorar el deporte y ser muy activo sexualmente: "Sexualmente soy muy activo y tengo la necesidad de actividad sexual". Por su parte, Mari Carmen de 71 años se presentaba como una "señora de su casa, buena madre y buena esposa. Muy cariñosa y fiel. Un todoterreno".

El objetivo de Jesús con la cita estaba claro desde el primer momento: el murciano iba buscando una pareja educada y seria con la que poder tener una relación a largo plazo. Todo apuntaba a que la química entre Jesús y Mari Carmen iba a ser irremediable, pero algo sucedió durante la velada: aunque el soltero daba muestras de estar encantado con la compañía de la murciana, ella tuvo varios desencuentros con el pretendiente. En primer lugar, la diferencia de edad de siete años que le causó una notable impresión; en segundo, la gestión de la conversación: "Madre mía, me ha vuelto loca. Habla muchísimo", tanta era la incomodidad que le provocaba la verborrea de su compañero que decidió planteárselo directamente: "¿Puedo hablar yo ahora?" a lo que él respondía "Claro que sí, estoy deseando escucharte".

Otro de los puntos que crearon conflicto entre ellos fue sus preferencias para viajar: mientras que Mari Carmen aseguraba que quería visitar Alemania, Jesús asumía que prefería no alejarse mucho de los límites de la Región de Murcia. Además, el descubrir que Jesús tenía un hijo pequeño ni hizo ni pizca de gracia a la murciana: "Me tira un poco para atrás porque él tiene que estar con su hijo y a lo mejor no quiere estar con su hijo y conmigo".

Pero, sin duda, fue el final de la cena lo que terminó de quemar los puentes entre Jesús y Mari Carmen: y es que, aunque Jesús estaba encantado con el talante y la seguridad de ella, le propuso pagar la cena a medias, dándole el motivo definitivo para rechazarlo: "Eso me ha tirado mucho para atrás porque le hubiese dicho te voy a invitar yo".

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