Existen varios mitos alrededor de la comida picante: que provoca acidez estomacal, que causa hemorroides, que ocasiona contracciones en las mujeres embarazadas... Sin embargo varios estudios científicos han demostrado que comer alimentos picantes como chile, pimiento o curry, por ejemplo, tiene efectos positivos para la salud.

A mucha gente le gusta disfrutar del sabor intenso en las comidas y tiene debilidad por el picante. Cuando consumimos comida picante tenemos la sensación que la boca nos arde, incluso que la cabeza está a punto de estallar, así que la reacción mecánica de nuestro organismo es refrescarse mediante el sudor, lágrimas...

La sensación de ardor está causada por la capsaicina, un compuesto químico que se halla en la comida picante. Al comer un chile, un pimiento o algo picante, la capsaicina entra en contacto con la saliva y se agarra a los receptores de potencial transitorio (TRPV1), unas proteínas de nuestro sistema nervioso, involucrados en la transmisión y modulación del dolor.

Su función principal es avisarnos de la sensación de dolor cuando algo está muy caliente. Así que cuando los TRPV1 detectan la capsaicina envían al cerebro la información de que la boca está quemando.

Entonces, ¿por qué a tanta gente le gusta el ´dolor´ del picante? Cuando el cuerpo siente dicho dolor, el cerebro libera endorfinas y dopamina que, unidos, crean una sensación similar a la adrenalina. Las endorfinas son opiáceos naturales, analgésicos que a veces nuestro cuerpo libera en respuesta al picor excesivo de un alimento.

En otras palabras, nuestro cuerpo responde a la explosión de dolor severo liberando adrenalina. De esta forma se podría afirmar que comer alimentos excesivamente picantes es una manera de buscar la emoción mediante la estimulación de nuestro cerebro.

En el caso más drástico, si el alimento es muy picante se pueden desarrollar ampollas en la garganta, tener vómitos e incluso entrar en shock anafiláctico.

Beneficios para la salud

Más allá del "dolor" y su correspondiente adrenalina, hay estudios que aseguran que comer comida picante es beneficiosa para la salud.

Investigadores de la Third Military Medical University de Chongqing, en China, aseguran que los pimientos picantes pueden ser beneficiosos para las personas hipertensas ya que han descubierto que la capsaicina, también puede favorecer la relajación de los vasos sanguíneos.

Esta sustancia es una de las más abundantes en estos pimientos y, según los resultados de una investigación en ratones publicada por la revista 'Cell Metabolism', consigue activar el receptor de potencial transitorio V1 (TRPV1) aumentando la producción de óxido nítrico, una molécula gaseosa que protege los vasos sanguíneos contra la inflamación y la disfunción. De manera que tomar picante puede ser mejorar la hipertensión arterial.

Por otra parte, estudios de la American Chemical Society sostienen que la capsaicina ayuda a reducir la acumulación de colesterol en el cuerpo al aumentar su índice de descomposición. El equipo médico también descubrió que la capsaicina bloquea un gen que estrecha las arterias, lo que aumenta el flujo sanguíneo en los vasos.

Además, la Escuela de Medicina de Los Ángeles informó en su estudio "Cancer Research" de la edición de marzo de 2006 de que la capsaicina podría inhibir el crecimiento de las células de cáncer de próstata. La American Cancer Society sugiere que la capsaicina puede ayudar a retrasar el crecimiento de las células de cáncer de próstata, no obstante se necesitan más estudios en humanos para conclusiones más firmes.

Por último, la comida picante puede ayudarte a adelgazar. Al parecer, estimula el metabolismo, aumentando el calor corporal y acelera así la velocidad con la que el organismo quema calorías. Por eso, la comida picante puede ayudar a las personas que desean perder peso.

A banda de que los alimentos picantes puedan aumentar el gasto calórico, la realidad en la que sí coinciden la mayoría de nutricionistas es en el poder saciante de la capsaicina. De ahí que cuando comemos picante nos hace sentir más llenos y esa sensación nos permite moderar la ingesta de otros alimentos más calóricos.