Hong Kong: un ferry con 140 años de historia

Hong Kong es una región administrativa especial dentro de la República Popular China. Es una de las dos que existen en el país, junto con Macao. Desde 1842 y hasta 1997 fue una colonia británica, lo que le da un toque especial dentro de las grandes ciudades de Asia, ya que, además de ser uno de los grandes centros económicos del mundo, es también una mezcla de las culturas asiáticas y europeas, lo que también afecta a las atracciones que ofrece a los turistas que se deciden a visitarla.

Cuando uno pregunta qué puede hacer en Hong Kong, lo habitual es que la primera respuesta que obtenga sea: «¡Montarte en el Star Ferry!». Como su nombre indica, el Star Ferry es un ferry que se utiliza para cruzar desde Kowloon, en en el continente, hasta la isla de Hong Kong atravesando el puerto Victoria. Con más de 140 años de historia, el Star Ferry, por un precio irrisorio, permite contemplar la ciudad de Hong Kong en todo su esplendor y maravillarse con el ‘skyline’ de la ciudad.

Una vez en la isla, es posible explorar sus intrincadas calles en los tranvías conocidos como ‘ding dings’, que parecen autobuses londinenses.

En ellos será posible visitar los distintos locales de cócteles famosos por su creatividad, para desentumecer un poco el cuerpo, relajarse y prepararse para proseguir el viaje.

Si al viajero le apetece tomar algo, tiene que saber que en Hong Kong, aparte de restaurates y coctelerías que no destacan precisamente por sus módicos precios, se pueden encontrar restaurantes con estrella Michelin que ofrecen su especialidad, el ganso asado con arroz al estilo cantonés, por unos 11 o 12 euros. Se llaman Yat Lok y Kam’s Roast Goose. Eso sí: hay que ir preparada para hacer cola.

Y para acabar, el viajero puede visitar los mercados callejeros en los que encontrará todo tipo de productos, desde souvenirs hasta objetos antiguos que rezuman historia.