Opinión | Lo veo así

Se olvidaron de gobernar

La campaña de Bildu ha estado centrada en un discurso netamente social, porque es lo que les ha hecho atractivos a un cierto tipo de votante de izquierdas, más preocupado por lo social que por lo identitario

El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, celebra los resultados durante el seguimiento de la jornada electoral de elecciones autonómicas del País Vasco.

El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, celebra los resultados durante el seguimiento de la jornada electoral de elecciones autonómicas del País Vasco. / Arnaitz Rubio - Europa Press

Se han celebrado las elecciones en el País Vasco y todos los partidos políticos que han participado han coincidido en centrar sus discursos en la parte social. Sobre todo, han coexistido en ofrecer las más diversas soluciones para mejorar la sanidad pública en Euskadi.

Es cierto que, como ocurre con todas las campañas electorales, algunas propuestas parecían ser simples aspiraciones, pero lo cierto es que tanto el PNV, como Bildu, PSOE, PP, Sumar, Podemos y Vox centraron sus campañas, preferentemente, en hablar de las cosas que preocupan a los ciudadanos y, al parecer, una de esas cosas que más preocupan en Euzkadi es la salud. Así es que ahí estuvieron todos hablando de mejorar la Atención Primaria, reducir las listas de espera y retener a los profesionales de la sanidad: todas esas cosas que ocupan a los ciudadanos, de uno y otro signo.

No, no se habló (o se hizo muy poco) de independencia, de rasgos identitarios, de plurinacionalidades y términos parecidos. Es más, cuando Pello Otxandiano, de Bildu, evitó llamar a ETA grupo terrorista, a preguntas de Aimar Bretos, en La Ser, se armó tal ruido que Otxandiano se vio obligado a matizar sus palabras porque, al parecer, el elector está en otras cosas. Tanto es así, que la campaña de Bildu ha estado centrada en un discurso netamente social, porque es lo que les ha hecho atractivos a un cierto tipo de votante de izquierdas, más preocupado por lo social que por lo identitario. Y esto no quiere decir que no continúen pensando igual. No, quiere decir que se han dado cuenta de que el mundo va por otro lado.

Elecciones que han sido como el pistoletazo de salida para las próximas catalanas. Oficialmente, la campaña electoral comenzará la noche del jueves 25 de abril y terminará el viernes 10 de mayo por la noche. Pero eso es oficialmente, porque tenemos la sensación de que tanto el Gobierno de Catalunya (lo de Puigdemont les tiene de los nervios), como Puigdemont no han dejado de hacer campaña desde hace tiempo. Y si a Puigdemont no le impide desarrollar su trabajo en el Parlamento Europeo (no se matan allí de trabajar), al Gobierno Catalán sí, porque el presidente ha de estar todos los días, de foro en foro, intentando cortocircuitar las intervenciones siempre provocadoras, con unos y otros, del residente en Waterloo. 

Así es que el honorable president y su gabinete están descuidando lo de gobernar porque, entre otras cosas, no han conseguido parar el gota a gota de las empresas que continúan abandonando ese territorio (las amenazas llenas de bravuconería de Puigdemont no parecen afectarles mucho), la salud pública alcanzó el mayor deterioro de su historia y el Informe PISA refleja que Catalunya registra resultados ‘catastróficos’, situándola a la cola de España en educación: los alumnos catalanes de 4º de ESO son los que más puntos pierden en matemáticas desde 2018, y suspende en inclusión, ya que el alumnado de origen migrante va dos cursos por detrás respecto al nativo: pura xenofobia.

Y ese ‘no Gobierno catalán’ tuvo que pedir agua a sus vecinos de Valencia porque, miren por donde, la Comunidad Valenciana, con una población que no llega a los cinco millones de habitantes, tiene seis desaladoras frente a las dos de Catalunya, que cuenta con una población de más de siete millones de habitantes.

Definitivamente, se olvidaron de gobernar, enredados como están en tanta identidad. Pero creo que ya no cuela eso de culpar al ‘Estado opresor’.

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