Se ha consumado la traición con una verdadera puñalada. Por el empeño de los Gobiernos del PP de hacer llegar el AVE a la estación del Carmen en superficie, se acaba de anunciar que los vecinos de Murcia se quedan huérfanos del futuro que se les prometió: «La mayor revolución urbanística de los últimos cien años», en palabras del alcalde Cámara; la estación intermodal que resolvería el caos del transporte urbano e interurbano de una ciudad aún de dimensión humana, la posibilidad de un tranvía rentable sociológica y financieramente hasta El Palmar-La Arrixaca, la recuperación de la zona más degradada de la ciudad, la razón de ser de la última modificación del PGOU „el Plan Especial Estación de El Carmen„; todo esto, y mucho más, se ha ido al garete, por obra y gracia de quienes hace unos meses, cuando se acercaban elecciones, bien que acudieron, todos juntos de la mano para coger nuestra pancarta, los mismos a quien no les tembló ni la voz ni el pulso para prometer el soterramiento, para afirmar por los barrios que ya todo estaba hecho.

Muchos creyeron, nosotros continuamos escépticos. Sus concejales se han quedado sin palabra, mala cosa para un político; tal vez pensaran que como la ciudadanía esta hecha a todo aquí no pasa nada. Aunque entre el pueblo y sus periodistas se extienda como la espuma la idea de que el soterramiento está sirviendo como moneda de cambio para negociar el aforamiento de un alcalde sobre el que pende la espada de una justicia ciega que debería ser igual para todos.

Es en la Justicia en la que confiamos, apenas podemos creer ya en un Ejecutivo que miente y en un legislativo que incumple sus acuerdos por unanimidad. No nos queda más remedio; en sus manos hemos puesto el caso, es la Justicia quien tiene que intervernir para poner los puntos sobre las íes y recordar a quienes han decidido hacer una obra no sólo en contra del Protocolo de 2006, sino también sin una Declaración de Impacto Ambiental, que las tres partes de aquel convenio han vulnerado un acuerdo aprobado con el Senado y revitalizado por posteriores acuerdos por unanimidad del ayuntamiento de Murcia y de la Asamblea Regional.

Todo ha quedado en papel mojado, jugando con el futuro de la ciudad y de la Región de Murcia. Lo hemos dicho en otras ocasiones: el Gobierno regional no ha sabido defender los intereses de los murcianos, sin tener una idea clara de las infraestructuras que necesita la región, renunciando a lo que convenía a los murcianos y logrando finalmente infraestructuras inútiles si no imposibles de amortizar. Y siempre en beneficio de los interlocutores o Administraciones con las que ha coactuado o negociado: desde el nefasto acuerdo histórico de 2001 firmado en Murcia en entre Álvarez Cascos, Bono, Valcárcel, Zaplana y Gallardón para la llegada de la alta velocidad del que todos sacaron tajada menos el anfitrión (Valcárcel), hasta estos momentos en los que el Gobierno murciano está jugando a favor de la potenciación del AVE Madrid-Alicante y en perjuicio de nuestra región.

Porque seamos serios, con un AVE por Alicante en manos privadas, ¿quién va a invertir en la variante de Camarillas? ¿cómo vamos a lograr una red de cercanías decentes con el parón del Corredor Mediterráneo en Almería, como pasó con el Euromed en Alicante, y el abandono del trazado histórico Murcia-Madrid? ¿Cómo comprender la dejación por conseguir una variante para las mercancías por fuera de la ciudad, como está planteada en otros lugares? ¿Qué sucederá con las mercancías? ¿Pasarán por enmedio de la ciudad? ¿Para qué sirvió el acuerdo por unanimidad del ayuntamiento de Murcia que lo pedía? ¿Cómo entender que no se luche por la necesaria conexión con Andalucía, cortada por otro Gobierno central en 1985, que permitiría el mantenimiento de nuestra posición privilegiada de eslabón entre Andalucía y Levante?

En resumidas cuentas, un desastre de gestión en el que saldrá perdiendo la Región de Murcia; y todo ello como quien conduce un vehículo hacia un precipicio y se niega a rectificar de dirección, pues cegados por un AVE como sea y a toda costa han perdido la visión completa del valor de las infraestructuras. Porque el soterramiento no es un capricho, ustedes lo han dicho durante veinte años en su programa electoral; es una necesidad que la ciudadanía lleva pidiendo veinticinco años.

Así pues, cansados de mentiras y engaños, no nos queda más remedio que pedírselo: si no están dispuestos a defender a Murcia, a su Región, dimitan y convoquen elecciones anticipadas; con suerte, alguien vendrá que sí esté dispuesto a hacerlo.

Nosotros no vamos a cejar y sabremos defender el bien general de la ciudad en contra de unos políticos que mienten, incumplen y reprimen, pues contamos con el apoyo de la sociedad murciana y el compromiso de unos vecinos que siguen teniendo claro que su lucha no va a ser estéril.