Las cosas nunca son casuales, se producen porque existe una intencionalidad, y eso es lo que ha pasado con el desarrollo en esta Región del sistema universitario: la UCAM, privada, y la UMU-UPCT, públicas. Como veremos a continuación el balance se ha ido, claramente, hacia lo privado.

Del inicio de la UCAM ya se ha hablado mucho. Recordemos que se constituyó al amparo del Concordato Iglesia-Estado como Universidad de la Iglesia. Por razones que se escapan y sobre las que sólo cabe la sospecha, por arte de birlibirloque pasó a convertirse en Universidad privada. Recordemos que este asunto fue de tal calado que le costó el puesto al entonces Obispo de la Diócesis Murcia-Cartagena, monseñor Reig Plà, al que altas instancias del Vaticano trasladaron a la diócesis de Alcalá de Henares por defender lo que pensaba que correspondía a la Iglesia. La actuación de la autoridad eclesiástica me recuerda a la del ayuntamiento de Murcia cuando Metrovacesa recurrió una sentencia en la que la corporación municipal recuperaba dinero, y por ende los ciudadanos del municipio, a costa de de señor Samper, que se había beneficiado en un asunto de cesión de terrenos del ayuntamiento a Nueva Condomina.

La UCAM, con los favores, pincipalmente de cesión de terrenos por parte de la Administración, ha ido creciendo hasta llegar a impartir las titulaciones más solicitadas y contar ya con 12.000 alumnos. Aquel ´chiringuito´ que nació hace años, se ha hecho mayor, dispone de financiación, y hasta se permite el lujo de esponsorizar equipos de élite como el baloncesto en la Liga ACB, y más recientemente el fútbol con un equipo en tercera división, de momento.

Y mientras, las universidades públicas, con una Bolonia exigente en el gasto, se encuentran en la miseria, reduciendo el presupuesto todo lo que se puede, porque el recorte ha llevado a la institución y sus estamentos prácticamente a la indigencia. Y no se puede decir que la Universidad sea más importante que la salud, ni mucho menos, pero lo cierto es que si se le recortan los ingresos más de la cuenta deja de ser Universidad para convertirse en algo más que una academia. También el ministerio de Economía y Competitividad ha disminuido los fondos dedicados a investigación de forma escandalosa; de hecho, en estos momentos no se puede hablar de la existencia de política en I + D + i.

Pero no es sólo eso. La Fundación Séneca, que desde hace años viene jugando un papel clave en la dotación de fondos para investigación, financiando proyectos en convocatorias anuales, dotando becas predoctorales y contratos posdoctorales y otras acciones que eran un alivio para los grupos de investigación de las dos Universidades públicas de nuestra Región, también se encuentra paralizada por falta de fondos que se fueron al ´mundo de los recortes´. Y mucho que hemos sentido la UMU y la UPCT la ausencia de este ente financiador.

Sólo el voluntarismo de los rectores de las Universidades públicas y sus equipos de gobierno, administrando lo que se podría denominar miseria, hace que se siga funcionando a pesar de los muchos problemas de financiación existentes. De todos es conocida la incómoda posición en la que se encuentra el consejero y exrector José Ballesta, y aún más la del rector Cobacho, de la UMU „el de la UPCT, profesor Franco Leemhuis, ha sido elegido recientemente, pero ya ha expresado que se están pasando todas las líneas rojas„, a quien conozco desde hace muchos años; sé que se le habrá pasado por la cabeza en muchas ocasiones la idea de ´tirar la toalla´, porque no es plato de gusto hacer política universitaria en contra de la Universidad y tus compañeros. Yo, en su caso, no resistiría, y falta un año y medio para las elecciones de rector en La UMU. Veremos quien es el valiente, o la valiente, que da el paso, y si el rector actual de la UPCT resiste todo su mandato en un contexto económico en el que todos los analistas opinan que la crisis va a ir a peor, por lo menos en los próximos tres años.

Conclusión: en esta Región se hizo una apuesta fuerte por la Universidad privada (o de la Iglesia) y ahora la Universidades públicas son las que pagan el pato. Lo privado por encima de lo público. Nada nuevo bajo el sol.