El barrio de La Paz es uno de los barrios que más quebraderos de cabeza supone para los agentes que trabajan contra el menudeo de sustancias prohibidas. Lo es por la elevada actividad del intercambio ilícito de estupefacientes y porque además las intervenciones policiales quedan a menudo en sacos rotos.

Y es que los efectivos policiales ven cómo los puntos desmantelados vuelven a ser reabiertos en muchas ocasiones, según señalan fuentes conocedoras de esta situación. Hay ocasiones, incluso, que estos lugares vuelven a ser habilitados horas después de haber sido inutilizados por la Policía. Otro elemento que llama la atención a los agentes es que los traficantes, aunque cambien la ubicación de los puntos de venta, siempre vuelven a establecerse en un lugar del Polígono de la Paz.

Este hecho se debe a que las característica del barrio y su localización geográfica permiten que los ´camellos´ se sientan seguros para detectar la presencia policial. f. v.