Más que rugir, tembló, se sacudió, bramó, en definitiva, se derrumbó, o más bien lo tiraron los más de 250 bailarines y bailarinas de la academia de danza Murcia Dance Center. Después de semanas de nervios y ensayos la pasada noche del viernes lo dieron todo sin dejarse un solo julio de energía en el camerino. La joven academia lleva tan solo dos años y ya es de las mejores de Murcia, a pesar de esta subida vertiginosa, su directora Marhya Carsab tiene los pies bien puestos en la tierra y las ideas muy claras.

Diferentes estilos de baile fueron representados en la gala en la que participaron todos los alumnos de la academia haciendo alarde del nivel formativo del profesorado en cada una de las modalidades, a los ya habituales flamenco, clásico o salsa se le unen ahora bailes más actuales que son el punto fuerte de la academia por la cantidad de jóvenes que lo practican, estilos como el Breakdance o Urban Hip Hop y otros desconocidos para la generación de la EGB como Dancehall, Gangsta o Popping, pero que tienen muchos adeptos entre los chicos de hoy día. En Murcia Dance Center hay varios grupos de competición que han dejado a la academia en los primeros puesto a nivel internacional Lil Little, Lil Fame y Lil Fighters, integrados por auténticas bestias del escenario que levantan del asiento al más tímido, por no hablar de las coreografías en las que se nota la formación continua del profesorado y la creatividad e ilusión que le ponen a cada baile. Pero además quedó demostrado que la danza no tiene edad, pisaron el escenario bailarines de 3 a 58 años, los más pequeños enamoraron al público con su representación, aunque la novedad de este año fue el grupo de adultos, los Premium, que pusieron al Romea en pie, probablemente porque todos los padres que fueron a ver bailar a sus hijos se sintieron identificados, y por qué no decirlo, algo envidiosos de ver la energía que este grupo talludito despedía. Me quedaría con las palabras de Marhya: «Por eso estamos aquí, porque amamos la danza». ¡Y tanto que la aman!, porque la pelean hasta el último aliento para entregar al público lo mejor de ellos mismos.