La Luz del Joven Cofrade, que se mantiene encendida durante todo el año, celebró ayer su peregrinación por cuarto año consecutivo. El farol artesanal de orfebrería salió de Cieza, que en 2016 fue la ciudad anfitriona, para llegar a la capital regional pasando por Blanca, Ceutí y Molina de Segura. Los hermanos de la Luz del Joven Cofrade entraron a la ciudad por el Paseo del Malecón en torno al mediodía de este sábado y, una vez allí, siguieron el itinerario del Vía Crucis franciscano. Las autoridades eclesiásticas y civiles de la ciudad recibieron la luz frente a la estatuta de San Francisco, para después presentar sus respetos a la Virgen de los Peligros al otro lado del río. Finalmente, el farol se llevó a la iglesia de Santa Catalina de Alejandría, sede de la Cofradía de la Caridad y anfitriona del VII Encuentro Diocesano de Jóvenes Cofrades.