El Consejo de Gobierno ordinario de la Universidad de Murcia (UMU) ha recibido un informe del gerente, Francisco Pérez Guzmán, en el que se analiza la situación del remanente de tesorería al finalizar 2014 y la económica actual de la institución.

Aunque a efectos contables ese remanente se eleva a 73,5 millones de euros, de ese dinero la universidad no puede disponer libremente, ya que la partida mayor, de 51,2 millones, es adeudada por el Gobierno de Murcia, por lo que lo que la UMU tenía en los bancos al final de 2014 eran solo 27,7 millones.

22 de ellos se han de destinar a los fines a los que corresponde la financiación y además la UMU, por su propio funcionamiento, necesita contar con un cierto remanente de tesorería que adelante capacidad de gasto a los proyectos financiados.

El nivel de fondos líquidos, ha añadido Pérez Guzmán, realmente solo da un margen para realizar los pagos correspondientes a uno o dos meses.

El documento expone igualmente que la situación económica actual de la UMU no es buena y que está infrafinanciada, entre otros motivos, porque el Gobierno autonómico ha disminuido la subvención nominativa en 40 millones desde 2010, por lo que se ha llegado a la situación de que la dotación no cubre ni siquiera el importe de las nóminas.

También tiene en cuenta que hay que emprender necesariamente actuaciones que aumentan el gasto, como el aulario del campus de ciencias de la salud, la apertura de los edificios Pleiades y Vitalis y la recomposición de las plantillas del personal docente para disminuir el alto porcentaje de asociados, entre otras.

El rector, José Orihuela, ha mostrado su esperanza de que, tras las elecciones del pasado domingo, se abra un nuevo periodo de diálogo en el que sea posible llegar a acuerdos para conseguir el plan plurianual de financiación que la institución necesita.