Granjeros, pintores de brocha fina, gallinas Caponata, piratas, e incluso, el onmipresente Bob Esponja se dieron cita en la tarde de ayer en la calle Fabián Escribano de Beniaján, que fue el escenario del desfile infantil de Carnaval que se celebra estos días en la pedanía. El pasado 8 de febrero fue elegida la Musa Mayor de este año, la veinteañera Yolanda Lázaro, que lucirá el próximo domingo -día grande de la fiesta- un precioso traje del que, como es habitual, no desvelan ni un secreto hasta la fecha señalada.

«Hemos pasado de ser 10 a 16 comparsas», declara María Eugenia Sánchez, una de las organizadoras, acerca del desfile infantil. «Nosotros vamos abriendo la marcha, vamos disfrazados de payasos y de los dibujos animados que le gustan a los niños», explica Gloria Valverde, de 19 años y estudiante de Magisterio, que anima a los niños con divertidas coreografías. «Nosotros vamos de pintores de brocha fina, venimos de la guardería Los Granaos, y este año la temática giraba en torno a Van Gogh», asegura Rubén Frutos, un bombero que no ha dudado en disfrazarse para vivir el Carnaval de la mano de su hijo, sorprendido por el derroche de decibelios que hay a su alrededor.

Los niños de la comparsa 'Sunny Side' portan una pancarta que reza 'Teatro, ludoteca, apoyo escolar, inglés'. Pedro José Rufete explica que significa «lado soleado», a la vez que confiesa que no le gusta mucho el inglés porque le resulta difícil. Sin duda, es más divertido vestirse de duende.

El Carnaval de Beniaján atrae a muchos curiosos de otros pueblos y pedanías que quieren ver de cerca la alegría que se vive en sus calles. Es el caso de Antonio y Belén, un matrimonio de Las Torres de Cotillas que ha venido, ex profeso, para ver desfilar a su sobrina. «Va vestida de pirata», declara orgulloso su tío. Lo que está claro es que un desfile infantil es una auténtica fiesta para los más pequeños, que disfrutan como locos bailando al son de la música.

Y lo más curioso es que sus padres también se convierten en niños por un día.