Pedro López, portavoz del PSOE en el ayuntamiento de Murcia, anunciaba en la mañana de ayer en su perfil de la red social Facebook que, por primera vez, y para dar ejemplo entre los ciudadanos, utilizó la bicicleta para ir a su trabajo en el Consistorio y fomentar de esta manera el transporte sostenible en la ciudad que tanto reivindica al equipo de Gobierno del PP. «Hoy me han pillado encadenando la bici en la puerta trasera del Ayuntamiento. La Semana de la Movilidad tiene que ser todo el año», señalaba el dirigente socialista en la red social, en la que también mostró una fotografía en la que se le veía atando la bici en uno de los aparcamientos que hay entre el edificio Moneo y la Casa Consistorial.

Lo que no podía imaginar López es que era la última vez que iba a ver la bicicleta. Y es que cuando abandonó el Ayuntamiento, alrededor de las tres de la tarde, la bici ya no estaba. Solo quedaba el candado, que había sido partido «y de un solo golpe», se lamentaba el portavoz del Grupo Socialista.

«Era la primera vez que venía en bicicleta y la dejé aparcada en esta zona, con el candado, que no es fino precisamente, puesto. Pero qué se le va a hacer», señala López, quien hoy tiene previsto acudir a la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía en Murcia para interponer la correspondente denuncia. «Aunque dudo mucho que la bicicleta aparezca», señala.

El portavoz indicó que, precisamente, su grupo ha propuesto varias veces al ayuntamiento de Murcia que dote de más seguridad a estos 'aparcabicis' para que no se produzcan estos robos. «Alguna vez habíamos propuesto, a través de la concejala Susana Hernández, que se instalaran en zonas donde hubiera cámaras de vigilancia para que los ladrones de bici al menos lo tengan más difícil».

López, a quien no hace mucho le robaron otra bicicleta en la pedanía de Los Martínez del Puerto, de donde es natural, ya conocía el problema porque en el grupo municipal hay otras 'ciclistas' como la concejala Andrea Judit Garries. Incluso una trabajadora del Grupo Municipal Socialista se sube la bicicleta a su despacho porque no se fía de dejarla en la calle.

Pero lo peor para López no es el incidente en sí, sino que la bici no era suya. Pertenecía a Raquel, su esposa aunque se la regaló el portavoz socialista en una tienda de Murcia, quien precisamente le había advertido por la mañana que tuviera cuidado. Ella es quien más pierde con el robo.