Menos luz por la noche en las avenidas de nueva creación, igual a menos gasto. Esta sencilla operación es la que ha realizado la concejalía de Obras y Servicios Comunitarios, que dirige José Arce Pallarés, para aligerar la factura eléctrica, que supone para el ayuntamiento de Murcia un desembolso anual cercano a los 15 millones de euros (casi el doble de lo que le cuesta el transporte público a las arcas municipales).

El municipio de Murcia (ciudad y pedanías) tiene en la actualidad más de 92.000 farolas. La concejalía de Obras y Servicios Comunitarios se ha puesto manos a la obra con el objetivo de ahorrar en el recibo de la luz y ha decidido hacer como en otras poblaciones españolas y otras ciudadanos europeas: apagar farolas por la noche. Así, ha comenzado a desconectar cada noche la mitad de las luminarias que han sido instaladas en nuevas avenidas, tales como Miguel Induráin (zona este del municipio que une Los Dolores con el norte); Reino de Murcia; avenida de Beniaján, que lleva en funcionamiento menos de un año, los accesos a los complejos comerciales, entre ellos, Nueva Condomina; el desvío de Sangonera la Verde y los tramos abiertos al tráfico de las costeras Norte y Sur (uno de los que ya funciona es el que une La Alberca y Algezares). En total, unas 13.000 farolas, lo que supone una de cada siete del total que hay en el municipio.

El concejal de Obras y Servicios Comunitarios explicó ayer a esta redacción que «de las nuevas carreteras que se han construido en la actualidad y hace años, hemos comenzado a apagar de forma automática, una farola sí y una no. De esta forma mantenemos una iluminación óptima en los viales de reciente creación y al mismo tiempo abaratamos la factura de la luz». En ese sentido, concretó que la hacienda local se puede ahorrar, cada ejercicio, con esta medida dos millones de euros.

Ese dinero serviría, por ejemplo, para pagar el servicio de serenos, que supone para el Ayuntamiento anualmente un gasto de 1,8 millones para pagar un servicio que cuenta con 59 serenos repartidos en varias pedanías y barrios. Esos dos millones que la contabilidad municipal anotará en el capítulo de ahorro supondrá, sin duda, un balón de oxígeno para la economía local que cuenta con una deuda contraída con entidades financieras a corto y largo plazo que supera los 200 millones de euros (el presupuesto total del Ayuntamiento es de casi 600 millones de euros).

Esos dos millones de euros en la factura de la luz también es similar a lo que la concejalía de Personal se ha ahorrado con la congelación de sueldos de la plantilla municipal y el recorte de sus nóminas decretado el año pasado por el Gobierno central.

Pagar menos por el alumbrado público ha sido desde hace casi una década una obsesión por parte de los dirigentes municipales. Así, a lo largo de distintos ejercicios se han ido incorporando en las farolas de las calles lámparas de tecnología led, que alumbran igual, gastan menos energía y duran más. Además, se han ido sustituyendo la célula fotoeléctrica por relojes astronómicos, que controlan el encendido y apagado de las farolas, realizándose un ahorro de media hora de consumo de energía. Se trata de medidas que no repercuten en la calidad del servicio y que el ciudadano no nota a simple vista.