El primer alcalde de Murcia de la última época democrática, el socialista José María Aroca Ruiz-Funes, ha fallecido a los 77 años, por lo que el ayuntamiento ha decretado hoy un día de luto oficial en el que las banderas de todos los edificios municipales ondearán a media asta, informan fuentes consistoriales.

Sobrino del ilustre jurista murciano y ministro de la II República Mariano Ruiz-Funes Aroca, José María Aroca, nacido en Murcia el 25 de junio de 1933, era médico y profesor, y ejerció el cargo de alcalde de Murcia en la primera legislatura posfranquista, de 1979 a 1983.

Tras doctorarse en medicina en la Universidad de Madrid, fue nombrado vicesecretario del Colegio Oficial de Médicos de Murcia en 1969, ingresó en la Real Academia de Medicina de esta ciudad y presidió el Patronato de la Universidad de Murcia en 1975.

Hasta 1979 fue consejero del Ente Preautonómico, y consiguió la alcaldía de Murcia ese mismo año en las primeras elecciones municipales tras la muerte de Franco, cargo en el que se mantuvo durante una legislatura, tras lo que renunció a presentarse como candidato del PSOE para optar a un segundo mandato.

Fue el socialista Antonio Bódalo quien lo sucedió en la alcaldía, tras lo que Aroca pasó a formar parte del consejo de administración de la Caja de Ahorros de Murcia en representación del Gobierno autonómico.

El actual alcalde, Miguel Ángel Cámara, ha reconocido hoy en una nota "la dedicación y entrega de José María Aroca a Murcia" y "su labor de democratización de la más alta institución municipal con su muy activa participación en la conclusión del proceso autonómico que estableció esta ciudad como capital de la Región".

También el grupo municipal socialista ha señalado en un comunicado "llorar" la muerte de Aroca, y sus concejales "muestran su pesar ante su pérdida irreparable" y trasladan "su más sentido pésame" a su familia y amigos.

Los socialistas lo definen como "una figura entrañable, estimada y respetada por todos los murcianos por su forma de gobernar el municipio, que procuró en todo momento conciliar las distintas ideas que existían en el consistorio".

Su personalidad, añaden, "destacaba por su bonhomía, ecuanimidad y sentido de la justicia, por lo que es una pérdida dolorosa para toda la familia socialista y para los murcianos, que apreciaron su labor".

Tras mostrar su "respeto, admiración y afecto por una de las figuras más destacadas de la reciente historia de la ciudad", el PSOE subraya que Aroca "procuró en todo momento buscar el acuerdo y el entendimiento a través del diálogo, del que era un consumado maestro, al mismo tiempo que legó a todos su maestría literaria y su gran sentido del humor".