"Ahora estás callada, te quiero mucho", susurraba ante la Policía Angelo Carotenuto, mientras acariciaba, en plena calle de Santomera, un bulto extraño envuelto en un trapo donde decía tener guardada la cabeza de su madre. Y decía la verdad. Ocurría en 2008. El joven, con severos problemas mentales, permanece hoy en día en un psiquiátrico.

Ahora, Encarnación, hermana de Angelo, está llevando a cabo una acción de responsabilidad patrimonial por valor de 600.000 euros contra el SMS por no haber atendido al chico con la diligencia suficiente. La familia cree que, si en Sanidad hubiesen tratado al chico como ha de ser, no habría acabado matando a su progenitora.

"Es una acción de responsabilidad patrimonial de la familia de él contra el Servicio Murciano de Salud. Mañana está la vista donde van a ir psiquiatras y algún testigo". En total, cinco médicos y tres testigos, detallaron fuentes del TSJ de Murcia. Será en el Palacio de Justicia, en la Sección Primera de la sala de Lo Contencioso Administrativo.

Sobre esta cuestión, fuentes de la Consejería de Sanidad declinaron hoy pronunciarse. Apuntaron que no entran en cuestiones judiciales y tampoco quisieron facilitar el nombre del abogado que defenderá al SMS en este caso.

Pasó hace nueve años y es, y presumiblemente seguirá siendo, uno de los crímenes mas espeluznantes y recordados de los que han tenido como escenario la Región de Murcia. Allá por abril de 2008, el joven Angelo Carotenuto acababa con la vida de su madre a puñaladas, le cortaba la cabeza y se paseaba con ella en mano por las calles de Santomera, la localidad en la que residían.

Teresa Macanás, la víctima de este horrible crimen, había hecho un llamamiento dramático en televisión el 9 de mayo de 2001 porque, según dijo, temía por su vida. Sólo siete años después, los presagios de la mujer se hacían realidad, y perdía la vida a manos de su propio hijo.

En 2001, Teresa, con lágrimas en los ojos, afirmó entonces que su hijo, Angelo Carotenuto (que se encontraba en tratamiento psiquiátrico porque sufría esquizofrenia), estaba destrozando la vida a la familia. «No es malo, pero lo que él toma lo hace malo», declaró en Gente, de TVE. Después de su paso por la tele, las cosas empeoraron. Dos años después, Angelo cumplía su primera condena. En 2006 llegaba la segunda. Fue en centros psiquiátricos por amenazas y malos tratos a su madre. Meses antes del crimen, acababa una orden de alejamiento hacia Teresa.