«No existe consuelo. Es un sin sentido», decía en la mañana de ayer Mari Carmen a las puertas del hospital Reina Sofía de Murcia, mientras aguardaba junto a su hija su turno para reconocer en el Instituto Anatómico Forense el cadáver de su madre y de su tía (61 y 71 años, respectivamente), fallecidas en el accidente de autobús en la carretera de Cieza, a la altura de la Venta del Olivo.

«Nos enteramos de la noticia a través de las redes sociales», aseguraba Mari Carmen, indicando que nadie les llamó: «Por WhatsApp y por Facebook vimos que se había producido un accidente. La Guardia Civil no nos avisó», agregó y señaló que esperaban toda la mañana para poder ver el cuerpo sin vida de sus familiares.

«Mi madre y mi tía eran muy devotas, fieles de la parroquia de la Virgen del Rosario y sentían fervor por la madre Maravillas», manifestó. Poco más dijo Mari Carmen, la única familiar de las víctimas mortales que accedió a hablar. «Nos hemos llevado un golpe inimaginable», zanjó.

Mientras, en cada rincón de Bullas, de donde eran los fallecidos, había un lamento y una muestra de rabia y dolor. «Yo tenía que haber viajado en ese autobús y no sentiría el dolor que estoy sintiendo en este momento», relataba una de las pasajeras del autobús que sí llegó a su destino.

Consternado se encontraba Francisco, que no podía creer que cuatro miembros de su familia hubieran padecido el accidente. «Hemos perdido a mi primo y su mujer. Mi hermano acaba de recibir el alta hospitalaria, pero su mujer tendrá que ser intervenida», explicaba. Este vecino destacaba que por la mañana había ido a desayunar a un bar del pueblo y que allí le habían preguntado que qué hacía allí, «si tienes a tu primo fallecido y tu hermano herido». Francisco era una de las muchas personas que se enteraba de la tragedia conforme avanzaba el día.

«Esto es una desgracia», retumbaba en todos los corrillos de Bullas, donde los abrazos y las lágrimas eran el único consuelo. «Una de las heridas tendrá secuelas importantes y es posible que no vuelva a caminar, mientras que su hija de 20 años tendrá que ser intervenida por importantes lesiones en el rostro», comentaba un allegado de dos de las heridas que se encuentran hospitalizadas.

Continuamente se iban sucediendo las manifestaciones de conocidos y vecinos, como Paqui, miembro de la Peña ´La cebolla´ de Bullas, quien confirmaba que su peña había perdido a dos de sus miembros y que otros dos se encontraban heridos.

Durante la tarde, un grupo muy numeroso de mujeres se desplazaba desde Mula para acompañar a los familiares de Encarna, natural de esta localidad pero que llevaba residiendo muchos años en Bullas. Según explicaba Loli, una de sus compañeras de trabajo en Cofrusa, «la vimos por última vez el viernes. Estaba muy ilusionada con este viaje que iba a hacer con varias amigas y ya no estará con nosotras en la cinta mañana -hoy para el lector-», lamentaba.