­El restaurante balneario Floridablanca, ubicado en la playa de Lo Pagán, con una antigüedad de más de cien años, agoniza ante la mirada impotente de vecinos y veraneantes, que esperan en vano desde hace varios años su anunciada conversión en Museo del Mar, tras cerrar sus puertas por orden judicial en el año 2009.

Al igual que ha ocurrido con otros establecimientos emblemáticos de la costa, como el restaurante Mediterráneo de El Mojón o la Pescadería de Miguel de Santiago de la Ribera, el Floridablanca fue desalojado tras finalizar la concesión otorgada en su día para el desarrollo de la actividad hostelera, por orden del Juzgado Contencioso Administrativo número 1 de Cartagena, que autorizó la entrada al organismo de Demarcación de Costas, dependiente del ministerio de Medio Ambiente, de los espacios construidos de dominio público marítimo terrestre. El desahucio tuvo lugar el 2 de abril de 2009, pero al contrario que en el caso del restaurante Mediterráneo, el Floridablanca no fue demolido, ya que contaba con la declaración de Bien de Interés Cultural, otorgada por la Comunidad Autónoma, aunque sí se retiraron las pasarelas que se habían añadido en los últimos años, donde se había habilitado una terraza para el bar.

Una vez acabada su actividad hostelera, sólo quedaba el recurso de convertir al entrañable antiguo balneario en un Museo del Mar, propuesta que llevó a cabo el anterior gobierno socialista de San Pedro del Pinatar. Para ello, contaban con una subvención de la Comunidad Autónoma por un importe de 670.398,49 euros otorgada a través del consorcio ´Centro Turístico de Talasoterapia de San Pedro del Pinatar´ y así consta en el Boletín Oficial de la Región de Murcia (BORM), con fecha 12 de marzo de 2009.

Sin embargo, la burocracia se encargó de retrasar el proyecto, ya que faltaba la autorización de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar del Ministerio de Medio Ambiente, que no llegó hasta 2011, casi en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas. El murciano Pedro Antonio Ríos, entonces director general, visitó San Pedro del Pinatar en el mes de marzo y entre las actuaciones que su departamento llevaba a cabo en el Mar Menor, destacó que «ya se disponía de la concesión para la rehabilitación del balneario Floridablanca», al que más tarde realizó una visita junto al exalcalde, José María García, y la jefa de la Demarcación de Costas, Paca Baraza.

Pero las obras nunca llegaron a licitarse y el destino de la subvención constituye un misterio para la actual Corporación que no sabe dónde se encuentran los casi 700.000 euros previstos para la construcción del Museo del Mar, llamado a convertirse en una de las atracciones turísticas de Lo Pagán. La concejala de Urbanismo, Ángela Gaona, manifestó a LA OPINIÓN que «nadie tiene constancia de que se haya recibido esa subvención».

«Es un sitio muy bonito, pero no hay dinero para rehabilitarlo en condiciones e incluso hay voces que piden demolerlo», aseguró la edil. La asociación de vecinos La Junquera de Lo Pagán no comparte la misma opinión y censura la actitud de un veraneante que el pasado mes de agosto recogió firmas para derribar el edificio. «Un señor que viene de fuera se acerca a todo el mundo y les dice que si tiran el balneario, habrá más sitio en la playa y de esa manera, firmaron muchos», manifestó su presidenta, Charo Tárraga.

Por otra parte, el exalcalde de San Pedro del Pinatar, José María García, confirmó que el dinero se había concedido, pero que «probablemente» se encuentre «en las cuentas del consorcio Centro Turístico de Talasoterapia de San Pedro del Pinatar», ya que nunca llegó al Ayuntamiento. Este organismo, que figura en la lista de consorcios a eliminar por parte de la Comunidad Autónoma, se creó para gestionar el Centro de Talasoterapia de San Pedro del Pinatar y recibía una subvención anual de 300.000 euros.

«En 2005 expulsaron al gerente, Francisco Luis Velasco, y las subvenciones de ese año y de 2006, nunca se justificaron, quizás por eso la Comunidad retuvo el dinero de la subvención para el Floridablanca y lo empleó en el consorcio», afirmó García. De esta manera, el destino del dinero sigue siendo una incógnita «porque ni siquiera desde la consejería de Turismo me supieron explicar qué se ha hecho con él», afirma el exalcalde.