La historia de Charlon Kloof (Surinam, 1990) es la de un sueño forjado a base de sudor y esfuerzo. Pocos le creyeron cuando se plantó en la escuela diciéndole a todo el mundo que se convertiría en jugador profesional de baloncesto, y ahora tiene a un pequeño país de América del Sur pendiente de sus estadísticas cada miércoles y domingo. En tan solo unos años ha pasado de ser el niño al que todos escogen en primer lugar para hacer su equipo, a uno de los habituales de los ´highlights´ de la Liga Endesa. Todo a base de corazón para llegar donde hasta ahora nadie lo había hecho.

¿Cómo está siendo su experiencia en Murcia?

La verdad es que me siento muy a gusto. Tanto la ciudad como el equipo es muy similar a mí y desde fuera no lo puedes conocer hasta que no estás aquí. El equipo tiene una filosofía muy parecida a la mía, que es trabajar duro y más de lo que se nos exige. Casi todo el mundo se queda al final de los entrenamientos para seguir trabajando y los entrenadores siempre tienen nuevas ideas para intentar mejorar ciertos aspectos de nuestro juego. Estoy muy a gusto porque nunca he estado en un equipo así, en el que siempre se que quiere dar un paso más.

Desde fuera se percibe el buen ambiente que hay en la plantilla y la estupenda relación entre los jugadores. ¿Alguna vez se había encontrado con un vestuario así?

La verdad es que no, es la primera vez que me pasa. Siempre me he encontrado con dos o tres compañeros con los que tienes más relación, pero lo cierto es que en este equipo cualquiera hace bromas y todos se preocupan cuando te ocurre algo. Es algo que nunca me había pasado en otros equipos en Europa.

En una entrevista en sus anteriores equipos decía que no le importaba estar cada año en un lugar si eso le ayuda a mejorar como jugador. ¿Por qué eligió venir a la ACB?

La Liga ACB es la mejor del mundo después de la NBA, todos en el baloncesto lo saben. Por eso cuando recibí la oferta del UCAM fue una decisión muy fácil. Quiero ser el mejor jugador que pueda y me gustó el reto de saber cómo de bueno puedo llegar a ser en la Liga Endesa, que es la segunda mejor del mundo.

Pero ya había estado en España antes de llegar a Murcia tras pasar por la Canarias Basketball Academy. ¿Fue un punto de inflexión en su carrera?

Sí, la verdad es que tengo una buena relación con el entrenador Rob Orellana porque tiene una filosofía de entender el baloncesto muy parecida a la mía. Entiendo que este deporte tienes que vivirlo con pasión y al final me inculcó una manera de pensar en la que siempre tienes que ser un líder. Todo el mundo me dice que no soy el típico base, y puedes pasar mejor o anotar, pero al final tienes que imprimir ese liderazgo cuando estás sobre la pista. Te pueden entrar los lanzamientos o no, pero cuando defiendes con una gran intensidad y aportas liderazgo, inyectas esa energía al equipo y aportas mucho más independientemente de cómo estés en la pista. El paso por la academia con Orellana me sirvió para aprender a ser un líder en mi carrera.

¿Cómo le contactaron para poder jugar allí?

Realmente no me contactaron. Estaba en la selección con un buen amigo y no tenía ganas de volver a Estados Unidos a jugar allí otra temporada en el instituto. Entonces, este amigo, me dijo que la siguiente temporada iba a jugar en una academia en España en la que muchas universidades norteamericanas suelen ojear y fichar jugadores. Me interesó la idea y le dije, ¿cómo puedo ir yo? Jugábamos contra la selección alemana y me contó que vendrían ojeadores de la academia para ver el partido y que si jugaba bien quizá podría tener una oportunidad allí. Al final hice un buen partido y conseguí que me ficharan.

¿Fueron complicados sus inicios en el baloncesto en Surinam?

Realmente no fue muy complicado. Había un equipo en mi ciudad y decidí apuntarme. Nunca me ha gustado ser uno más en el equipo o con el que no quiere ir nadie, me gusta ser al que siempre eligen. Por eso me esforcé desde el principio y cuando iba a casa siempre estaba botando el balón o haciendo quiebros. Mi padre no sabía lo que hacía porque él nunca había visto un partido de baloncesto, pero me animaba siempre y me colocaba cosas que servían como conos para poder trabajar mi manejo de balón. Al final, si siempre estás botando y pasando terminas mejorando. Con esfuerzo conseguí convertirme en el jugador que siempre eligen en primer lugar.

Su estilo de juego es muy impulsivo sobre la pista. ¿Juega más con el corazón o con la cabeza?

Evidentemente juego más con el corazón que con la cabeza. Hay muchas ocasiones en las que no puedes jugar de otra forma. En mi caso, si jugase con la cabeza, cuando alguien me consiguiera superar pensaría: 'Vale, me ha superado, no hay otra forma de hacerlo'. Pero como me gusta jugar con el corazón, hago todo lo posible para que no pueda anotar. Por eso muchas veces consigo esos tapones, porque pienso que no va a anotar esa canasta.

Al ser de un país pequeño, ¿se encontró con muchos obstáculos para jugar al baloncesto?

En la escuela le dije a mis profesores que quería ser jugador profesional de baloncesto y ellos no confiaban demasiado en mí porque hasta entonces no había ningún jugador en Surinam. En España hay gente como Pau Gasol o Ricky Rubio que son referentes y en los que puedes ampararte, cosa que en mi país no. Al principio no fue fácil pero pude conseguirlo. Tuve suerte porque estuve en un colegio en el que te podían facilitar zapatos o ropa si no la tenías, pero la diferencia es que no tienes los recursos con los que puedes contar en otros sitios. En el baloncesto, por ejemplo, entrenábamos con dos balones para todo el equipo en lugar de diez. Pero Surinam no es un país tan pobre como puede parecer en un principio. No es un país rico pero tenemos lo suficiente.

¿Esperaba adaptarse tan rápido a la ACB?

Sabía que me podía adaptar bien y que tenía la capacidad para jugar en la ACB. Pero me ha sorprendido el amor y el respeto que me han devuelto la competición y mis compañeros. Todos me decían que iba a ser complicado y que era una liga muy táctica física, pero lo que me ha sorprendido ha sido estar en el TOP7 en varias ocasiones por mis jugadas. Soy una persona humilde, pero se agradece cuando reconocen tu juego.

¿Recibe mensajes de su país cuando aparecen esos vídeos?

Sí, especialmente después de la entrevista que hice para la televisión en Movistar + hace poco. Todo el país ha visto ese vídeo y me han llegado muchos mensajes de Surinam mostrándome su cariño y diciéndome que son mis seguidores. También en los periódicos de mi país publican cómo me ha ido en los partidos y los resultados del equipo. Así que el UCAM Murcia también es famoso en Surinam, todos son seguidores del equipo allí (risas).

¿Es el deportista más famoso de su país?

El más conocido seguramente no, porque tenemos a un nadador que estuvo en los Juegos Olímpicos y también hay un luchador de Kick Boxing que compite en la segunda liga más importante del mundo. Pero sí es verdad que estaré entre ellos o seré uno de los más conocidos en Surinam.

También cuenta con una escuela en la que ayuda a los niños para que tengan una oportunidad en el baloncesto...

Tenemos a unos diez niños, de momento no son muchos, pero creo que vamos a crecer bastante. Solo llevamos dos años con esta escuela aunque creo que hemos hecho un buen trabajo porque dos niños ya han ido a Estados Unidos para jugar al baloncesto. Los padres empiezan a apuntar a sus hijos y a creer en ti para que los formes y que tengan más oportunidades. No es fácil, porque en Surinam hay pocas oportunidades en general. El deportes es algo que poca gente practica porque no pueden, y es un buen comienzo.

¿La 'Final Four' de la Champions es la recompensa hasta ahora a todo el trabajo de la temporada?

Evidentemente es una recompensa, pero creo que la mayoría de los jugadores estamos concentrados y nadie salta de felicidad por lo que hemos hecho porque todavía no hemos conseguido nada. Al principio de la temporada perdimos muchos partidos por muy poco, partidos muy ajustados, y el equipo se dedicó a trabajar duro. Por eso hemos conseguido ahora ganar partidos de forma contundente por 20 puntos de diferencia. Estamos recibiendo la recompensa a toda la temporada, pero todavía seguimos concentrados.

Hace un par de años jugó en Grecia y la 'Final Four' será en Atenas. ¿Qué recuerdos guarda de allí?

Estoy muy feliz de volver otra vez a Grecia y especialmente a Atenas. Es una liga muy competitiva en la que disfruté mucho y donde creo que tienen buen recuerdo de mí.

¿Jugó en el OAKA?

Sí, precisamente contra el AEK de Atenas, aunque ahora tienen un equipo muy diferente. Conozco ese pabellón y me gusta el ambiente de pabellones grandes con los seguidores rivales apretando. Estoy feliz por poder volver a Atenas y jugar en un lugar así.

¿Se divierte más en los partidos defendiendo o atacando?

Un poquito más cuando toca defender. Pero solo un poco más. Tienes el poder de que alguien no pueda anotar. Da igual lo que haga, que aquí estoy yo para que no anote. Puedes estar mejor o peor en ataque, pueden entrar los tiros o no, pero si defiendes bien a un contrario es como si le tuvieras controlado. Me gusta esa sensación.

Siempre tuvo el sueño de poder ir a la NBA, incluso se presentó al Draft. ¿Todavía le gustaría poder tener una oportunidad allí?

Mi filosofía siempre es que quiero ser mejor cada día y sigo teniendo en mi cabeza lo de poder jugar algún día en la NBA. Siempre escucho a mis entrenadores o a mis compañeros para mejorar e intento tener siempre esa mentalidad. Respeto mucho a cualquier trabajador que cada día quiere ser mejor profesional, no importa el sector en el que estés, y mejorar en lo tuyo. Al final da igual donde termine mi carrera, pero intento ser el mejor para luego mirar atrás y sentirme orgulloso.

¿Sabe lo que hará la próxima temporada? ¿Le gustaría seguir en el UCAM?

No sé donde estaré. No lo sé, pero si ellos me quieren sí que me gustaría poder seguir.