La venta centralizada de los derechos televisivos de la Liga de Fútbol Profesional era un pastel tan grande que, para garantizar su aprobación, el Gobierno, con el Consejo Superior de Deportes al frente, se encargó de obligar a los clubes de Primera y de Segunda a destinar un pequeño trozo de la suculenta tarta a «promover el deporte y al desarrollo del fútbol aficionado». Y la LFP, sabedora de que se iban a multiplicar sus ingresos hasta los 1.600 millones con la puesta en marcha de esa ley, aceptó las condiciones exigidas. El 30 de abril de 2015 se aprobaba el real decreto de ley que significaba un golpe sobre la mesa decisivo para los equipos que militan en las dos primeras categorías del fútbol nacional.

Casi tres años después, concretamente el pasado mes de enero, el Consejo de Ministros cerraba el círculo al sacar adelante el real decreto que regula la cesión de un tanto por ciento de esos beneficios al CSD y a la Federación Española, que serán los encargados de repartirlos entre los deportistas de élite, los equipos de Segunda B y los de fútbol femenino, así como a las respectivas Territoriales para que inviertan en el fútbol más modesto.

Los destinatarios, que en los últimos meses habían seguido con atención la aprobación de ese decreto, se frotan las manos a la espera de una ayuda que afecta tanto a la actual como a la anterior temporada y que se espera que llegue a las arcas de los clubes en las próximas semanas.

Sobre la mesa hay 21 millones de euros a repartir. De esa partida inicial, el 0,5% -unos siete millones- se destinará a los clubes de la Liga Femenina y a los equipos de Segunda B, en ese orden, para financiar, según informó la Federación Española a sus asociados, «el pago de las cuotas empresariales correspondientes a la contratación de deportistas y entrenadores incluidos en el Régimen General de la Seguridad Social, así como a los deportistas y entrenadores para financiar el pago de las cuotas del trabajador».

Dado que la división de bronce es una liga poco profesionalizada, en la que muchos jugadores cuentan con fichas de aficionados, los principales clubes serán los grandes beneficiados, y ahí aparece el FC Cartagena. Los albinegros, con una plantilla completamente profesionalizada y con contratos que rondan los 50.000 euros, estarían en el grupo de la cabeza para recibir esa subvención que se repartirá en dos partidas -en las próximas semanas se pagará lo correspondiente a la temporada 2016-2017 y antes de agosto se espera que se abone lo del actual curso-. Algunas fuentes indican que, sumando el dinero de ambas campañas, estaríamos hablando de que el Cartagena percibiría más de 400.000 euros.

Para comerse ese pequeño trozo del pastel solo hay una condición: estar al día con los pagos a la Seguridad Social, y los albinegros, desde el pasado verano, tienen un documento que acredita que han hecho los deberes.

El 24 de julio la entidad presidida por Paco Belmonte emitía un comunicado a través de su página web en el que informaba que ese día el club había recibido «el documento oficial por parte de la Tesorería General de la Seguridad Social que certifica que nuestra entidad 'está al corriente de las obligaciones de Seguridad Social'». Con ese documento oficial, los albinegros se aseguran estar entre los clubes más beneficiados. Su estructura completamente profesionalizada hace que la cuantía de la ayuda -sumando la partida de la temporada 2016-2017 con la actual- supere los 400.000 euros.

Aunque el real decreto se aprobaba en enero, los clubes de la división de bronce ya estaban avisados del regalo que recibirían a principios de 2018. En noviembre, la Federación Española, tras una reunión el día 7 de la Comisión de Segunda B, envió una circular a todos los equipos de la categoría informándoles del procedimiento que debían seguir.

El escrito, titulado 'Solicitud de información sobre cotizaciones a la Seguridad Social correspondiente a la temporada 16-17', el organismo pedía a los clubes que, antes del 22 de noviembre, remitiesen la siguiente documentación: «relación nominal de los trabajadores, recibo de liquidación de cotizaciones y certificado de estar corriente de pago, además de posibles desgloses o información complementaria de deudas existentes». «Todos los documentos deberán referirse al periodo comprendido entre el 1 de junio de 2016 y el 30 de junio de 2017, y venir acompañados de un certificado del club con la relación mensual de futbolistas y entrenadores», añadía la circular.

A los responsables del FC Cartagena solo les queda ahora esperar a que en los próximos días el dinero liberado por La Liga correspondiente a la temporada 16-17 sea remitido tanto a la Federación Española de Fútbol como al Consejo Superior de Deportes, quienes serán los encargados de destinarlo a los clubes beneficiarios. Este primer pago será inmediato, mientras que el de la campaña actual (2017-2018) se espera que sea abonado antes de mediados de año.