El rival ha olido nuestro miedo y se ha dado cuenta del momento en el que hemos temido por el resultado final. Los jugadores están preocupados porque solo son falta esa victoria que te aporta cierta calma, pero todos tienen unas ganas enormes de darle la vuelta a esta situación. Está claro que el resultado es decepcionante en todos los sentidos porque teníamos la obligación de ganar al Mérida». Con estas palabras realizó un primer balance Manolo Sanlúcar, el preparador grana, del inesperado empate de ayer en Nueva Condomina que terminó por enfadar a unos seguidores que solo han disfrutado de una victoria del equipo en las siete primeras jornadas ligueras. Sanlúcar prefirió ayer en la que pudo ser su última rueda de prensa como grana tragarse algunas opiniones y dejar a un lado la sinceridad en lugar de haber señalado a jugadores que han contribuido de manera directa a un arranque liguero nefasto.

«Entramos en la segunda parte con opciones de haber dejado sentenciado el encuentro y no hemos tenido esa personalidad que hace falta para momentos concretos», añadió el extécnico del Villanovense.

Los inesperados cambios en el once titular dieron lugar a múltiples interpretaciones por parte de los espectadores, aunque las ausencias de Víctor Curto y Pedro Martín las justificó el entrenador en problemas físicos de los dos delanteros, la realidad es que la suplencia de Armando y David Sánchez puede tener otra lectura mucho más profunda en un centro del campo donde estos dos jugadores no son ni la sombra de lo que supusieron el curso pasado para beneficio de su equipo: «Los cambios más o menos podían estar previstos, ya que Víctor Curto y Pedro Martín tienen problemas físicos y de hecho Pedro se ha quedado fuera de la convocatoria. El equipo está con miedo, pero no tengo ninguna duda de la profesionalidad de los jugadores».

El que desde luego salió más contento fue el exjugador del Murcia Medhi Nafti, ahora técnico del Mérida. Lo que en principio se trataba de llegar a Nueva Condomina con la piel de cordero puesta casi se convierte en un disfraz de lobo en toda regla, de no ser porque una parada de Biel Ribas evitó un batacazo más grande de los murcianistas: «Si quisiera ver el vaso medio lleno diría que es un punto con mucho mérito por tratarse de un rival de mucha entidad y por todo lo que supone, pero después de ver la segunda parte del encuentro me marcho con una sensación muy agridulce en el sentido de que ahora tengo la sensación de que hemos perdido dos puntos ante el Real Murcia. No podemos pasar de una semana hacerlo bien a la otra hacerlo regular».