El joven futbolista Rafa Lorente salía ayer con el alta bajo el brazo del hospital Santa Lucía, después de 39 días de ingreso fruto de una arritmia maligna que le paró el corazón el pasado 19 de junio durante un partido de fútbol.

Seis semanas y media ha permanecido el jugador del CD Algar recuperándose de una dolencia que le tuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos a lo largo de nueve días y en coma inducido casi una semana. Ayer, después de que los especialistas considerasen la situación, han decidido que es el momento de que Rafa se vaya para casa y retome su vida, dentro de las limitaciones que le supone aquella afección que a punto estuvo con acabar con su vida.

El lunes 4 de julio le colocaron un desfibrilador automático -denominado DAI- que lo que hace es detectarle el pulso y la frecuencia cardíaca, y cuando hay alguna anomalía suelta impulsos para recuperar el ritmo. «Si se para hará unas descargas para que el corazón vuelva a funcionar», relataba el joven Rafa hace unos días a LA OPINIÓN.

Esta misma semana ha permanecido en el hospital de La Arrixaca durante tres días, pero tras las pruebas efectuadas volvía al Santa Lucía, donde sus médicos han decidido darle el alta. Ayer mismo tenía intención de acudir al entrenamiento de su equipo a las instalaciones del Sánchez Luengo para saludar a sus compañeros que tan pendientes han estado a lo largo del último mes y medio y que acudían al hospital cada día en las primeras semanas para ver su evolución.

Recordemos que el joven sufrió tres paradas cardíacas mientras disputaba el encuentro que jugaban el CD Algar y la Minerva para ascender a Tercera División. Fue el doctor Francisco Belda, médico y entrenador presente en la grada, quien junto a otras tres personas actuó para evitar el fatal desenlace. Con el desfibrilador que había en la instalación, practicó las primeras maniobras de reanimación.

Tras la primera reacción volvió a sufrir otra parada y un cuarto de hora después aproximadamente llegaba al Sánchez Luengo una ambulancia que completaba la reanimación y su traslado al hospital de Santa Lucía.