Un UCAM Murcia que sólo mostró su potencial durante 10 minutos cayó con claridad en la pista del CAI Zaragoza, al que le bastó un sobresaliente primer cuarto para desarbolar a los de Ocampo desde bien pronto, para luego aguantar el arranque murciano en el segundo y rematar en la segunda parte.

El conjunto murciano fue un desastre durante tres cuartas partes del partido: cedió el rebote y en general la pintura, se obcecó con el tiro de tres y combinó el atasco ofensivo con una defensa descafeinada que, cierto es, fue vigilada con lupa por los árbitros. La combinación con la efectividad de jugadores como Jelovac, Llompart y Robinson dejó sin opciones a los de Ocampo, tanto en pista como en el banquillo.

Y es que Carlos Cabezas fue prácticamente lo único potable de un UCAM Murcia que no contó con su pareja brasileña (mal partido de Neto y Lima) y se vio superado ampliamente en el juego interior. Sólo cabe salvar un segundo cuarto en el que se enmendó el desastre de los primeros 10 minutos, siempre por medio de los buenos porcentajes en el triple y la osadía de Wood (15 puntos, 4/12 de 3 puntos): cuando esto falló, falló el equipo al completo.

Poco hacía prever el sólido arranque de partido del UCAM Murcia con el desastre que se iba a producir hacia el final del mismo: con un esquema que contenía dos bases (Neto y Cabezas), el equipo murciano presentó unas buenas credenciales en los primeros minutos en el Príncipe Felipe. Cabezas y Lima respondían con convicción a un Jelovac que empezaba a dar señales de lo que iba a ser un excepcional primer cuarto para él.

El marcador anunciaba un 7-7 conforme a lo que se esperaba del partido, pero las rotaciones hicieron daño, y mucho, al rendimiento de los de Ocampo, que perdieron el norte por completo en cuanto Cabezas se fue el banquillo y se fueron a pique ofensivamente. El atasco de los visitantes, que únicamente eran capaces de tirar de 3 y con horribles porcentajes, coincidió con los minutos de calidad que otorgaban para el cuadro local Jelovac (12 puntos en el parcial, sin fallo), Katic o Robinson, quienes incidían con facilidad en la tibia defensa murciana (los árbitros no permitían más a los visitantes, por cierto).

La conjugación de ambos factores fue letal para el UCAM Murcia, que encajó en los minutos siguientes un increíble 20-3 (27-10). Parecía suficiente para tirar el partido por la borda, ya que la diferencia en el nivel de confianza y fluidez en uno y otro bando era sideral, y el triple de Wood para cerrar el cuarto en 27-13 parecía más una anécdota que una tendencia.

Llegó el segundo cuarto con pocas novedades, ya que el UCAM encajó otro 7-0 de parcial (34-15) que anticipaba un paseo maño por sus propios dominios. El horrible porcentaje de tres puntos del UCAM había sido su tumba, pero poco después se convirtió en su tabla de salvación: con Wood lanzando sin pudor y acertando en momentos importantes consecutivamente, la inercia empezó a cambiar. Se unieron desde los 6,75 Antelo y Cabezas, mientras que ahora era al CAI al que le costaba superar una renovada y más intensa defensa visitante. Con dos bases en pista el UCAM volvió a carburar. Siempre conducido por un Cabezas providencial en este periodo, el equipo visitante equilibró de nuevo el partido por medio de un 0-15 y reseteó el encuentro coincidiendo con el descanso (39-35).

La pájara del CAI Zaragoza y el resurgir del UCAM Murcia en el segundo acto finalizaron tan pronto como se reanudó el partido. Ambos equipos retomaron las sensaciones que habían mostrado en el comienzo y el UCAM dejó en agua de borrajas todo el trabajo de los diez minutos anteriores. En un abrir y cerrar de ojos, las pérdidas de balón visitantes y su dominio del rebote devolvieron el mando incontestable del encuentro a los maños (50-40), una circunstancia que sólo fue a peor a medida que pasaban los minutos.

Porque la conexión brasileña, formada por Lima y Neto, no estaba en el partido, y eso lo notó sobremanera el UCAM Murcia, al igual que el bajo rendimiento de Antelo y en general de todo el juego interior visitante. Los malos porcentajes desde el tiro exterior volvieron, con Wood vigilado al milímetro y nulas alternativas en ese aspecto para Ocampo, que no fue capaz de encontrar la clave para darle la vuelta al choque, ni en las rotaciones ni en los sistemas.

De este modo se configuró un parcial de 26-14 (65-49) en el tercer cuarto, prácticamente un calco del primero, que terminó de enterrar cualquier opción murciana. En realidad, y a pesar de que el arranque del último periodo fue bueno para los de Ocampo (65-56 tras un 0-7), las opciones murcianas era mínimas, ya que al CAI le bastaba con guardar la ropa, y contaba con jugadores de gran calidad y experiencia para controlar los minutos finales mientras las prisas le jugaban una mala pasada tras otra a sus rivales. El tiro de tres fallaba y las pérdidas se sucedían, a la vez que un triple de Sastre daba la última palada (70-57) a un UCAM Murcia que ya se dejó llevar hasta el 82-63 final.