Ale iacta est. O la suerte está echada, en lengua de Cervantes. Hoy, el Real Murcia conocerá su destino. Será sobre las 14.00 horas será cuando la entidad grana sepa en qué categoría jugará la próxima temporada. El día, ansiado y temido a partes iguales, ha llegado. Miles de murcianistas estarán pendientes de la decisión de la Comisión Delegada, ese grupo de clubes y autoridades repetido hasta el hastío en la última semana y del que depende la ilusión y la vida de tanta gente. Ayer, por las calles de Murcia, quedó patente el respaldo que tiene el club en una manifestación, la más multitudinaria de la historia con motivo de una reivindicación deportiva, que congregó a unas cinco mil personas.

Algo que según Luis Rubiales, presidente de la AFE, son «daños colaterales» para la LFP. La entidad, en esta mañana tan crucial para su futuro, no estará sola en Madrid, como se demostró ayer en las calles de la ciudad, donde miles de aficionados salieron a la calle para pedir justicia. Muchos de ellos también estarán hoy en la capital de España para manifestarse a la puerta de la sede de la LFP y pedir una decisión favorable. La moneda está en el aire y la suerte del club ya no depende de Samper, los aficionados o los políticos. Quizás, las presiones y manifestaciones de los aficionados o la vorágine de movimientos y audiencias de las autoridades en los últimos días, hayan servido para algo.

El relato de terror que está viviendo el Murcia comenzó hace menos de un mes. Después de que el pasado 9 de julio Samper alcanzara un acuerdo con la delegación murciana de la Agencia Tributaria para el aplazamiento de la deuda, la oficina central denegó el acuerdo el 30 de julio, un día antes de que acabase el plazo para inscribir a los equipos en la Liga de Fútbol Profesional. Y ahí pareció teñirse de negro el futuro de la entidad, que ha afrontado una última semana cargada de inquietud e indignación. Porque seis días han pasado desde el 1 de agosto, y con la de acontecimientos que han sucedido bien podría decirse que ha pasado un trimestre. Cuando el pasado viernes la LFP , mediante un comunicado, negaba la inscripción del Murcia en Segunda División al no cumplir «los ratios económico-financieros», a muchos murcianistas se les hizo de noche. Además, al conjunto presidido por Jesús Samper le negaban los cinco días que sí otorgaban al Racing para poder presentar más información.

Hoy, el Real Murcia afrontará, en tiempo de descuento, uno de los partidos más importantes de su historia.La Comisión Delegada.El órgano que va a dirimir si el club es apto para competir en la categoría de plata está compuesto por seis clubes de Primera División -Real Madrid, Atlético de Madrid, Sevilla, Real Sociedad, Almería y Levante-, seis de Segunda -Las Palmas, Ponferradina, Recreativo de Huelva, Valladolid, Sabadell y FC Barcelona B-, y los vicepresidentes de la Liga -Manuel Martín, director general del CD Numancia, y Clemente Villaverde, consejero del Atlético de Madrid- y el presidente, Javier Tebas.

Hoy la clave está en la documentación aportada por el presidente del Real Murcia a la Comisión Delegada, que incluyó el recurso presentado por la entidad en el Tribunal Económico Administrativo, dependiente del Ministerio de Hacienda, y en el que solicita que se revise la decisión de la Agencia Tributaria de no concederle a la entidad grana un aplazamiento a cinco años por la deuda de catorce millones, de los cuales ya han sido desembolsados a lo largo de esta campaña unos cinco. Por ello, el Murcia entiende que la LFP ya no puede tomar ninguna decisión sobre la presencia del club grana en Segunda.

El ambiente previo, en cualquier caso, es pesimista, ya que las noticias son contradictorias. Mientras que algunas informaciones aseguran que sí habrá hoy una votación para resolver el caso y el Murcia debería obtener diez apoyos -mayoría reforzada-, otras afirman que la Comisión Delegada se limitará a ratificar la decisión adoptada la pasada semana de no inscribir al equipo por incumplir los ratios.

Miguel Cardenal, el secretario de Estado para el Deporte, también puede jugar un papel fundamental. De hecho, tanto desde el club como las instituciones se ha llamado a su puerta en varias ocasiones tratando de encontrar comprensión a una situación que se considera injusta.