­Iñaki Alonso, entrenador del Real Murcia, tiene un problema añadido para el choque de mañana contra el Oviedo (20.30 horas) correspondiente a la segunda ronda de la Copa del Rey. Resulta que a pesar de no ser habitual en estas fechas, el césped del estadio Carlos Tartiere está en muy malas condiciones, se levanta con mucha facilidad y no permite que el balón circule con mucha soltura.

El Oviedo, al igual que hizo el Real Murcia, volvió ayer por la mañana a los entrenamientos después de empatar a uno el domingo ante la Unión Deportiva Logroñés en el primer partido de Liga. El choque ante el conjunto riojano ya ha quedado prácticamente en un segundo plano porque los jugadores de Pichi Lucas ya tienen en mente el compromiso copero, donde el Oviedo espera llegar como mínimo a enfrentarse con un rival de Primera División para poder aumentar los ingresos por taquilla.

De cualquier forma, el Murcia tampoco se va a encontrar un ambiente muy hostil en Asturias, ya que la entidad azulona obliga a sus abonados a desembolsar seis euros para asistir a los choques de Copa, por lo que suelen ser unos 3.000 los aficionados que van a los choques coperos. En el plano deportivo al Oviedo le pasa lo mismo que al Murcia, que su técnico, Pichi Lucas, tiene pensado utilizar para este partido a los menos habituales, los jugadores que tienen más complicado poder jugar en el torneo liguero.

Lo que parece claro es que el choque será más complicado que el de Puertollano, rival que el pasado miércoles quedó apeado en la primera ronda después de que el Murcia lograra la clasificación en la tanda de penaltis. El meta venezolano Dani Hernández fue el héroe del encuentro al detener tres lanzamientos.