El 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar se producen en el momento de subir o bajar del vehículo, según datos de la Secretaría de Estado para las Administraciones Territoriales. En la Región, no obstante, el sector es considerado seguro, puesto que no se ha registrado ningún accidente con víctimas en lo que va de 2017.

Tráfico presentó ayer una campaña en virtud de la cual, hasta el 1 de diciembre, está previsto realizar en la Región un centenar de controles, para verificar que todos los autobuses cumplen con las medidas de seguridad.

A lo largo de esta semana, los agentes efectuarán inspecciones sobre los vehículos (autorizaciones, documentos, condiciones técnicas, elementos de seguridad, cinturones y sistemas de retención infantil), y sobre los conductores (permiso de conducción, tiempos de conducción y descanso...), tanto en vías urbanas como en vías convencionales, explican desde el Gobierno.

Desde el año 2007, la Jefatura Provincial de Tráfico deniega la matriculación de cualquier autobús que no lleve instalados los sistemas de retención.

Tráfico señala que un menor sin ningún tipo de retención multiplica por cinco las posibilidades de sufrir lesiones mortales en un accidente, y nueve de cada diez lesiones infantiles graves o mortales se podrían haber evitado con el uso de estos dispositivos.

A los usuarios de los autobuses, desde el Ejecutivo aconsejan que «siempre que sea posible deben escoger autocares que incorporen cinturones de seguridad» y que han de «evitar ponerse de pie durante un desplazamiento». A los padres se les recomienda pedir que un monitor acompañe a los menores cuando estos tengan que subir al autocar.

A la presentación de la campaña, ayer, asistieron la jefa provincial de Tráfico, Virginia Jerez, y el delegado del Gobierno en Murcia, Francisco Bernabé.

En cuanto a los siniestros, algunos son atropellos causados por una distracción del menor, del conductor del transporte escolar, o de los propios padres, dijo Bernabé, según detalla la nota.