La Región lleva 32 años como estación término del Arco Mediterráneo. El cierre de la conexión ferroviaria de Lorca a Baza y Guadix, que conectaba Murcia con Granada, interrumpió la comunicación con Andalucía en 1985 y dejó a la Región al final de la línea costera que conecta con la frontera francesa. Desde entonces se han sucedido numerosos planes de infraestructuras ferroviarias, que elaboraban uno tras otro los ministros de Obras Públicas del PSOE y del PP, pero las inversiones han pasado de largo por la Región hasta ahora.

Las inversiones realizadas entre Águilas y el límite con la provincia de Alicante han sido mínimas y apenas han cambiado las condiciones de la única vía que conecta a la Región con la frontera francesa, salvo los sistemas de seguridad que fueron incorporados tras el accidente de Chinchilla de junio de 2003.

Por esta razón, si el nuevo eje ferroviario que los empresarios y los gobiernos autonómicos empezaron a reivindicar a finales del siglo pasado es imprescindible para Cataluña y la Comunidad Valenciana, en Murcia puede suponer un salto sin precedentes en el mapa de las comunicaciones, que puede cambiar la economía regional. La incógnita en este momento es la fecha de terminación del tramo de Murcia a Almería, que abrirá las comunicaciones de la Región hacia el sur y permitirá que Murcia deje de ser el fondo de saco de Europa.

Unos 500 empresarios de toda España acudirán el próximo martes en Murcia a la cumbre organizada por la Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur) y la Asociación Valencia de Empresarios (AVE). Al encuentro asistirán directivos de grandes compañías españolas, como los presidentes de Mercadona y del grupo Puig, Juan Roig y Marc Puig, respectivamente. El objetivo es conseguir la llegada a la Región del corredor ferroviario que enlazará Algeciras con los países escandinavos, conectando el puerto de Cartagena al Eje Mediterráneo, y defender «una España circular», que rompa el esquema radial del mapa ferroviario del siglo XX, según dijo la presidenta de Amefmur, Marian Cascales.

La cumbre de Murcia ha estado precedida por una concentración celebrada el pasado diciembre en La Encina y otro encuentro empresarial celebrado en Tarragona el pasado 13 de febrero.

Por su parte, el grupo de presión Ferrmed ha recogido entre sus reivindicaciones la recuperación del enlace de la línea de Lorca a Baza y Guadix con el propósito de dotar al Corredor Mediterráneo de un ramal que conectaría el Eje costero con el interior de Andalucía.

Algunos partidos políticos también incluyen la recuperación de la antigua vía en sus programas electorales, aunque cualquier iniciativa en este sentido queda al margen de la realidad mientras no se renueve el tendido ferroviario que conecta la Región con Europa.

El cierre de la conexión entre Almendricos y Guadix no solo impide viajar a Granada en tren desde hace 32 años, sino que obliga a desplazarse hasta Alcázar de San Juan, en la provincia de Ciudad Real, para llegar por ferrocarril a Andalucía. A pesar de los perjuicios que esta interrupción ha ocasionado durante las tres últimas décadas, Lorca y la zona sur de la Región han seguido manteniendo la relación que tradicionalmente ha existido entre Murcia y las provincias andaluzas más próximas, aunque la recuperación del enlace con Andalucía aportará grandes beneficios económicos tanto a Murcia como a Almería.

La situación de Murcia como eslabón que facilitará la salida de Almería a Europa cambiará radicalmente con la construcción del Corredor Mediterráneo.

De igual forma que la prolongación de la A-7 -cuyo trazado quedó interrumpido durante más de veinte años en Alicante- permitió el despegue turístico de la Región, la construcción del eje ferroviario que conectará Algeciras con Escandinavia supondrá una transformación en la red de comunicaciones ferroviarias de la Región sin precedentes.

No hay que olvidar que cuando el trazado ferroviario del nuevo corredor llegue a la Región permitirá la salida de mercancías hacia Europa por ferrocarril, pero también hará posible un tráfico de pasajeros que Murcia ha tenido vetado al carecer de la electrificación de las líneas que llegan hasta Alicante.