José Luis Díaz Manzanera vio reconocido ayer su incansable trabajo en sus 25 años en el Ministerio Público. El fiscal delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, que ha llevado investigaciones de corrupción como el 'caso Tótem' y ahora el de la desalinizadora de Escombreras y el caso Auditorio, entre otros, recibió ayer la Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort, la máxima distinción en el mundo judicial, de manos del que fuera fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, y con Manuel Campos, al que definió como su «maestro», como padrino.

Díaz Manzanera estuvo arropado también por su jefe, el fiscal superior, Manuel López Bernal; el presidente del TSJ, Miguel Pasqual de Riquelme; el fiscal del Tribunal Supremo Antonio Verchel, así como familiares, personalidades del mundo de la Justicia y de las fuerzas de seguridad, como el jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía, Cirilo Durán, y el coronel de la Guardia Civil, José Ortega.

El fiscal, un apasionado de su trabajo, se mostró «feliz» por el reconocimiento recibido y por el cariño que le mostraron las personas que llenaron la sala del jurado del viejo Palacio de Justicia murciano. «No soy yo quien tiene que juzgar si es merecida», afirmó, para luego confesar que ha sido uno de los fiscales firmantes del manifiesto de protesta en el que, a título individual, los representantes del Ministerio Público en España han mostrado su oposición al límite de entre 6 y 18 meses que se marca para las instrucciones de sumarios en la reforma de la Ley de Ejuiciamiento Criminal.

«Ese artículo no puede entrar en vigor, porque supone un límite demasiado brusco a las tareas de investigación. Vamos a estar siempre dependiendo de que se prorrogue de forma motivada el tiempo de las investigaciones. Se podrían haber fijado unos límites, no lo veo mal, pero siempre acompañada con dotación adecuada de medios», señaló el fiscal.

José Luis Díaz Manzanera se pronunció también sobre otra de las novedades de la nueva normativa, la desaparición de la palabra imputado del lenguaje jurídico y su sustitución por investigado. «Es absolutamente intrascendente. Se justifica en que la palabra imputado tiene cargas peyorativas, pero con el cambio esas mismas cargas pasarán al término investigado», reflexionó el fiscal, al que no le condicionan en absoluto las críticas, muy frecuentes en los últimos años, que reciben jueces y fiscales por parte de los responsables políticos. «Yo disfruto mucho con mi trabajo, a mí eso no me afecta», reiteró.

Durante su discurso en el acto solemne, el fiscal mostró su agradecimiento tanto a Manuel López Bernal, «quien me ha hecho sentir más fiscal que nunca», y Manuel Campos, «maestro, compañero y amigo», así como a otros compañeros como Guillermo Sena, Esteban Martínez-Abarca y el actual teniente fiscal, José Francisco Sánchez Lucerga.

Por su parte, Manuel López Bernal realizó un recorrido por la carrera de José Luis Díaz Manzanera, desde que iniciara su carrera fiscal en 1990, así como la actividad investigadora que realiza. «Su currículum vitae tiene una extensión de más de 40 folios», indicó el fiscal superior, quien definió a su compañero «como una persona leal, en la que se puede confiar, además de un hombres sencillo que carece de soberbia».

Aseguró Manuel López Bernal que el trabajo que realiza la Fiscalía de la Región de Murcia en relación con el medio ambiente es un ejemplo para el resto de comunidades autónomas, y así lo constata Antonio Vercher Noguera, quien coordina las áreas de medio ambiente y urbanismo en el Tribunal Supremo.