Un empresario que ha declarado como testigo en el caso del asesinato de la jugadora holandesa de voleibol Ingrid Visser y de su pareja Lodewyk Severein, declaró que Juan Cuenca, en prisión por estos hechos, le ofreció comprar la cantera de mármol de Evedasto Lifante por 300.000 euros. Tanto Cuenca, exgerente del club Atlético Voleibol Murcia 2005, en el que jugó Visser, como Lifante, propietario de ese equipo y de la cantera ubicada en Abanilla (Murcia), están imputados por el doble crimen por el juzgado de instrucción número 5 de Molina de Segura.

Este testigo, D.F., se puso en contacto con la Policía Nacional de Murcia el 28 de mayo, dos días después de que los cadáveres fueran hallados enterrados en un huerto de la pedanía murciana de Alquerías, propiedad del también imputado Serafín de Alba. Dijo a los agentes que años atrás mantuvo relaciones de negocios con Cuenca y que este le dejó a deber cierta cantidad de dinero, por lo que en 2011 concertó con él una cita para reclamársela. Según sus palabras, recogidas en el sumario del que se levantó el secreto el pasado día 2, Cuenca le ofreció entonces que comprase la cantera que parece estar en el origen del doble asesinato. Cuenca animó a D.F. a la operación «porque podía ser un gran negocio para los dos», ya que podía comprarla por solo 300.000 euros cuando estaba tasada pericialmente en 240 millones. Según Cuenca, la compra podía hacerla de forma tan económica porque sobre esa propiedad tenía una opción de compra un amigo suyo, del que facilitó el nombre, sobre el que ejercía su «total control».

El testigo señaló que la operación le pareció «interesante» y llegaron a adquirir el compromiso de compraventa, para lo que se citaron el 7 de octubre de 2011 en Valencia.