M.B., testigo en la causa del asesinato de la jugadora holandesa Ingrid Visser, y su pareja, Lodewijk Severein, declaró ante la Policía que el propietario del club de voleibol murciano donde ésta militó, Evedasto Lifante, solía dejarse guiar por unos magos para tener suerte en sus negocios y en la vida.

Estas revelaciones han sido conocidas tras levantarse el secreto de las actuaciones, precisamente un día después de que Lifante prestara declaración como imputado en el Juzgado de Molina de Segura (Murcia) que instruye la causa por dos asesinatos.

Las diligencias contienen la declaración prestada en julio por este testigo, M.B., al que Lifante le tiene reconocida una deuda de alrededor de cuatro millones de euros, en la que asegura que, aunque desde hacía dos años que no tenía relación con el presidente del club murciano, "sabía por su relación anterior que es cierto que hacía lo que le decían estos magos".

Incluso facilitó sus nombres, 'Adama' y 'Sane', aunque dijo "desconocer de dónde salían, ni cuánto dinero le han podido sacar".

La referencia a los chamanes o hechiceros aparece también en otro documento incorporado a la causa, en el que se recoge una conversación telefónica mantenida por el también imputado Juan Cuenca, exgerente del club y mano derecha de Lifante en esta entidad deportiva, con una amiga, igualmente imputada, Rosa Vázquez.

En esa conversación, que se prolonga durante varios minutos, Cuenca afirma, sin citar su nombre, aunque la Policía cree que se refiere a Lifante, que "es una persona muy rara, que dice que habla con un genio", por lo que considera que no será posible llegar a ningún acuerdo con él.

Por su parte, el dueño del club de voleibol, al responder a las preguntas de los agentes en su segunda declaración policial -el pasado 1 de agosto-, sobre este extremo, respondió de forma negativa.

No obstante, añadió que "conoce temas de esos, pero no le influyen", y al ser preguntado por el nombre de algún supuesto mago, Lifante respondió que conoció a uno en El Cairo (Egipto) "a través de un general, quien le explicó cómo protegerse para que no nos hagan daño en nuestras vidas, y para ello lo hacía rezando".

Evedasto Lifante reafirmó el miércoles su inocencia y no se explica por qué lo han relacionado con el crimen, ya que «en todo momento he colaborado con la Policía para que se esclarezcan los hechos y cuanto antes mejor. Yo seguiré colaborando para que se sepa la verdad».

El Juzgado de Instrucción de Molina de Segura que investiga el asesinato de la pareja holandesa ha encontrado indicios de la participación en los hechos de Evedasto Lifante, propietario del club al que perteneció la mujer.

La resolución judicial en la que se recogen esos indicios fue conocida ayer, al levantarse el secreto de sumario, lo que ha permitido saber que también ha sido imputada María Rosa Vázquez, amiga de Juan Cuenca, el que fuera exgerente del club y que se encuentra en prisión por estos hechos desde finales del pasado mayo.

En el auto en el que se acordó la puesta en libertad de Lifante, que prestó declaración como imputado el pasado 1 de agosto, la juez indica que esos indicios se derivan de la declaración de Cuenca, quien aseguró que el encuentro con la pareja de holandeses fue preparado por Lifante. Sin embargo el propio Lifante declaró ayer a RNE que no se explica como Cuenca lo ha podido señalar. Otras sospechas se derivan del hallazgo de una fotografía del propio Lifante en el registro de la vivienda que ocupaba en Valencia uno de los ciudadanos rumanos considerados autores materiales del doble crimen.

También juega en su contra un informe policial en el que se considera que debía una importante cantidad de dinero a la jugadora y que, asimismo, Cuenca y Lodewijk habían realizado gestiones en los meses previos al doble asesinato -ocurrido el pasado mayo para conseguir la venta de una cantera propiedad de Lifante, ubicada en el municipio murciano de Fortuna.

El levantamiento del secreto ha permitido conocer además que en las diligencias ha prestado igualmente declaración, como imputada, la amiga de Cuenca María Rosa Vázquez, quien se supone que tuvo conocimiento de los hechos y que realizó diversas gestiones por encargo del exgerente del club en los momentos inmediatamente anteriores y posteriores al crimen. Así, fue ella la que alquiló la casa rural ubicada en un paraje de Molina de Segura donde perdieron la vida la jugadora y su pareja, y la que devolvió las llaves a sus dueños cuando fueron retirados los cadáveres y limpiadas las diferentes estancias de la vivienda para borrar huellas.

También fue ella la que recibió el encargo de Cuenca de comprar bolsas de basura grandes, sosa cáustica y una radial, según el contenido del mensaje que le envió éste.

En la actualidad permanecen en prisión, junto con Cuenca, los presuntos autores materiales del asesinato, Valentin Ion y Constantin Stan, así como Serafín de Alba, el propietario del terreno donde fueron enterrados los cuerpos sin vida.