­Esperar y aguantar el tipo. Aunque con otras palabras ésa fue, a grandes trazos, la respuesta que ofreció el delegado del FROB y nuevo hombre fuerte de la CAM, José Antonio Iturriaga, cuando los representantes del personal le preguntaron sobre la forma de abordar el grave problema que afronta la entidad con las participaciones preferentes, los títulos de deuda perpetua en los que miles de pequeños inversores tienen bloqueados sus ahorros ante la imposibilidad de venderlos.

Iturriaga reconoció la complejidad del asunto y admitió «la presión» a la que se están viendo sometidos los trabajadores de la red de oficinas, que a diario deben hacer frente a las quejas y el enfado de estos clientes, cada vez más frecuentes. El nuevo administrador de la CAM señaló que «le gustaría ayudar» a estas personas pero que no hay ninguna solución posible, más allá de «cumplir la normativa» y esperar a que se recuperen los mercados, según fuentes presentes en la reunión. Al respecto, recordó que el problema es que, para que un inversor recupere su dinero, se necesita que otro compre las preferentes y que con la crisis financiera y la caja intervenida, nadie quiere adquirir títulos de deuda de la CAM.