La flotilla de submarinos de la Armada española hace aguas. Los problemas para disponer de estos sumergibles se han agravado desde que hace más de cinco años se dio de baja la última de las naves de la serie 60, lo que dejaba a dicha flotilla únicamente con cuatro.

Las continuas averías y las reparaciones programadas de estos buques han provocado que durante largos periodos de tiempo, tan sólo dos submarinos estuvieran plenamente operativos y protegieran los cerca de ocho mil kilómetros de costa que tiene el país.

Una situación que se repite de nuevo con la parada de la gran carena del Galerna o S-71 y con la inmovilización del Siroco o S-72, que ya debería haber iniciado también las obras de la gran carena.

Cabe destacar que Francia, con unos 5.500 kilómetros de costa, tiene una flotilla de diez submarinos.

De este modo, la Armada sólo puede disponer en la actualidad de los submarinos Mistral o S-73 y Tramontana o S-74. Y no sólo deben con estas dos naves velar por la protección de la costa española, sino que además se ha de cumplir con los compromisos internacionales, como ejercicios que se desarrollan conjuntamente con fuerzas navales de otros paises.

En caso de que la parada de la gran carena del Galerna se alargue por mucho tiempo, la situación podría ser mucho peor, ya que los dos únicos submarinos que están operativos deben someterse a revisiones periódicas que también obligarían a inmovilizarlos durante un tiempo, con lo que únicamente quedaría un sumergible operativo.

Y, para más inri, la seguridad de los submarinos de la flotilla quedó en entredicho tras el accidente que sufrió uno de ellos, el Tramontana, en diciembre de 2008, cuando estuvo a punto de irse a pique con sus sesenta tripulantes al abrirse una vía de agua cuando navegaba a trescientos metros de profundidad frente a las costas de Cartagena.

La avería se produjo en los pasos de casco y obligó a restringir la navegación de toda la flotilla a cota se seguridad para evitar poner en peligro la vida de las tripulaciones. El problema parece estar ya resuelto, aunque la situación se prolongó durante unos seis meses.

Cabe señalar que el primero de los cuatro nuevos submarinos de la serie 80 que construye Navantia para la Armada española no estará terminado hasta 2013 y que poco después corresponde dar de baja a los cuatro sumergibles de la serie 70, con lo que la flotilla volverá a quedarse únicamente con cuatro unidades, de modo, que volverá a encontrarse con las mismas limitaciones que ahora, salvo que el ministerio de Defensa apruebe la construcción de más naves.

La paralización de las obras de gran carena del Galerna ha creado una gran inquietud entre las empresas navales de la ciudad y la comarca de Cartagena, muchas de las cuales depende de estos trabajos en el astillero de Navantia.

La empresa asegura que sólo había 170 personas trabajando en este proyecto y que todas ellas han sido recolocadas en los trabajos de construcción de los nuevos submarinos de la serie 80. Sin embargo, esta versión contrasta con la que ofrece el comité de empresa, cuyo presidente, Ignacio Briones, sostiene que ya ha habido trabajadores que se han quedado en la calle y recordó que el problema es la mano de obra que se deja de contratar por esta paralización.